Por amor a SiónMuestra

El emperador romano Claudius expulsó a los judíos de Roma (49 d.C.), sin embargo, se les permitió su regreso años más tarde (53 d.C.). La comunidad en Roma e incluso la Iglesia local ya había ocupado todos los lugares de influencia de los judíos, y algunas personas tenían cierta resistencia o indiferencia hacia ellos. Esta es la razón por la cual Pablo exhorta a la Iglesia (Rom 11:25) a no ser ignorantes ni orgullosos respecto a lo que le acontece al pueblo de Israel, y les recuerda, en el resto del capítulo, a vivir en armonía buscando unidad con distinción; judíos y gentiles unidos, con una misma fe y esperanza.

Hoy día, las palabras del Espíritu Santo a través del Apóstol Pablo resuenan con fuerza para nuestra generación: "Porque no quiero, hermanos, que ignoren este misterio...", ¿cuál misterio? - el misterio de lo que le ha acontecido a Israel, un endurecimiento "parcial" y "temporal".

Tomemos un momento para estudiar estas dos palabras que describen el endurecimiento de Israel:

Parcial - por definición, esta palabra significa "que tiene relación con una parte del todo". En palabras simples, el endurecimiento de Israel le sucede a una porción de la población. Pablo argumenta que él mismo es una evidencia del remanente fiel de Israel que Dios ha abierto sus ojos. Y este remanente fiel siempre ha existido y siempre existirá hasta Su regreso.

Temporal - "...les ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que...". Pablo les recuerda a los romanos y a todos nosotros que Dios no ha desechado con Su pueblo, ni han tropezado para nunca levantarse, sino todo lo contrario: "si su transgresión es riqueza para el mundo, y su fracaso es riqueza para los gentiles, ¡cuánto más será su plenitud!" (v12).

Tómate un momento y, en oración, pídele a Dios que revele lo que hay en Su corazón por Israel. Y de acuerdo a lo estudiado hoy, ora por el remanente fiel de Israel y por la plenitud que vendrá sobre todo el pueblo, la cual resultará en gloria a Dios y la restauración de todo el mundo.