No te conformes con lo seguroMuestra

Vive tu verdadera identidad

Todo lo necesario para ser atractivo, exitoso, sobresaliente, bendecido, leal, respetado, honrado y feliz ya está en tu vida. Si no lo percibes es porque estás enfocado en el lado equivocado. Todo lo prematuro tiene el riesgo de complicarse. Las complicaciones que te hicieron perder la fe son cosas a las que hiciste nacer antes de tiempo. Aún así, Dios tuvo la amabilidad de enseñarte una lección en ese trayecto que te hizo mejor para Su uso.

No controles la vida a tu manera. Domina esa parte tuya que dice que sabes más que Él. Confía en que si no tienes algo es porque no estás listo para tenerlo. Convéncete de que si está en tu plato, puedes afrontarlo. Deja de dudar de tu fortaleza y de poner a prueba la gracia. No hagas lo que se siente correcto; haz lo que te convierte en mejor persona. Esto puede requerir que tengas un nuevo nivel de disciplina o mayor resistencia a la vulnerabilidad. Habrán incontables motivos que te permitan escapar de tus inseguridades, no los uses. En vez de hacerlo, obsérvalas como lo que son: lugares donde el amor puede rellenar las brechas. Ámate lo suficiente hasta que las inseguridades se conviertan en algo hermoso.

Sé paciente. Al alcanzar la meta que te has propuesto, verás que aún hay trabajo por hacer. Después desearás que el tiempo se detenga como para disfrutar del paisaje. Encuentra cada día lo hermoso de la vida. Mira más allá de las cuentas, del sufrimiento, de la madre agonizante, del padre ausente, del hijo alocado y los sueños fallidos. Observa la belleza del nuevo día, de una nueva oportunidad. Elige dejar de dar culto a la forma en que las cosas debieron ser. Alaba a Dios al saber que no estuviste listo.

Al entender tu nueva identidad, la gente buscará destellos de tu viejo yo. Algunos no tendrán éxito, otros se alegrarán de ver tu nueva y mejor persona. Prepara una despedida para aquellos que quieren sujetarte a tus errores y malas desiciones. Si eso es lo único que quieren ver, ellos no deberían tener acceso a la bendición que hay en tu trayecto. No son malos, son personas quebrantadas. No permitas que ellos también te quebranten; no tienes que perderte a ti mismo tratando de salvarlos. Debes ser lo suficientemente fuerte como para elegirte a ti mismo.