[Descubre los tesoros del Salmo 23] Sendas de justiciaMuestra

Abatido, perdido, agotado

En Salmos 42:11, David pregunta: «¿Por qué te abates, oh alma mía?». Dado que estamos hablando de ovejas y del Pastor, es útil saber que «abatido» es un antiguo término que significa que una oveja quede recostada con la panza hacia arriba. No se puede mover ni ir a ninguna parte. En esa posición, la oveja apenas puede respirar. No puede balar ni pedir ayuda. Si no es restaurada a su posición correcta en un tiempo razonablemente corto, morirá. Solo tiene una esperanza: el Pastor.

Hay tres razones por las que una oveja puede quedar con el vientre hacia arriba. En primer lugar, si se pone demasiado cómoda. Eso se parece mucho a nosotros, si buscamos consuelo en este mundo, o en las comodidades, en lugar de buscar al Señor.

La segunda razón por la que una oveja puede quedar con la panza hacia arriba es porque su lana está demasiado pesada; su pelaje está demasiado largo. En el Antiguo Testamento, la lana representaba al mundo. Podemos quedar con el abdomen hacia arriba cuando le damos demasiado peso o valor al mundo en nuestras vidas. Perseguir los deseos mundanos conduce a la muerte.

La tercera razón por la que una oveja queda con la panza hacia arriba es cuando se vuelve demasiado pesada, pesa demasiado para pararse o incluso para caminar. Los creyentes podemos volvernos poco sanos e improductivos cuando no buscamos la santidad, dejamos de seguir al Pastor y pensamos que el trabajo está hecho. Necesitamos que el Pastor nos enderece. Lo que Jesús hace, como nuestro Pastor, es guiarnos a través de tiempos difíciles y nos anima a seguirlo.

Además, si una oveja vaga hacia una tierra privada tiene que ser cedida al propietario de la tierra. La frase «confortará mi alma», describe cómo el divino Pastor nos trae de vuelta y nos rescata cuando nos descarriamos hacia lugares prohibidos y peligrosos, de los que Él nos dice que huyamos. Eso es lo que Jesús dice, amorosa y cuidadosamente, en la parábola de la oveja perdida. Un pastor con un rebaño de noventa y nueve ovejas las deja atrás para ir en busca de la oveja perdida, y una vez que la encuentra, se regocija.

«Confortará mi alma» también se refiere al creyente que se encuentra espiritualmente débil, cansado, agotado y que necesita restauración, no solo refrigerio. Vemos un bello ejemplo con Pedro, esa maravillosa oveja. Jesús está cocinando pescado y llama a los discípulos. Pedro salta de la barca y con ímpetu nada hacia la orilla, anhelando encontrarse con el Señor, quien le da la bienvenida. Al encargarle a Pedro que apaciente a sus ovejas, Jesús le está diciendo: «Te he restaurado».

Si hemos quedado abatidos, si nos hemos perdido o estamos agotados, el buen Pastor nos buscará, procurará restaurarnos completamente y traernos de vuelta al redil.