El Padre Nuestro (Te pertenece) - Devocional de 4 días con Matt MaherMuestra

¿Cómo es la oración?

Don Whitney, autor de "Disciplinas espírituales para la vida cristiana", explica que hay varias disciplinas espírituales cruciales que incluyen: estudiar las Escrituras, la adoración, el ayuno, etc. y, por supuesto, la oración.

Sin embargo, por crucial que sea la oración en nuestras vidas, a menudo es la disciplina más elusiva. Puedes abrir la Biblia y leer. Puedes poner una canción y adorar. ¿Pero orar? La oración requiere vulnerabilidad. La oración requiere fe. La oración requiere un momento de rendición.

Y esas son cosas difíciles de hacer.

Sin embargo, el núcleo de la oración se encuentra en el Sermón del Monte en Mateo 6. En aquella época, la oración era un "espectáculo", sobre todo para las élites religiosas de esa época. A menudo, estas personas pasaban el tiempo orando en voz alta para mostrar a los demás su santidad. Sin embargo, este no era el corazón de Jesús; "Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, porque les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por los demás" (Mateo 6:5).

No había vulnerabilidad. No había una conexión personal. No había entrega. Aunque estos son componentes muy importantes de la oración.

Si nunca te lo han dicho, tus oraciones pueden ser desordenadas. La vulnerabilidad no es un paquete con un lazo de regalo. Es una expresión profunda de nuestro ser que se desborda para fluir y refluir.

Si nunca te lo han dicho antes, si estás orando aunque sea por un momento, tienes fe. No oramos a quien no le tenemos fe o por cosas en las que no creemos. Incluso, si estás orando por fe, tus oraciones son prueba de que tienes fe.

Y si nunca te lo han dicho antes, no puedes venir a la oración con orgullo. No hay orgullo en la oración, ya que requiere rendición y humildad para pedir ayuda, especialmente al Señor.

Cuando Jesús enseña lo que hoy llamamos "El Padre Nuestro", comienza así: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre" (Mateo 6:9).

El primer paso de la oración es reconocer la naturaleza celestial de Dios. Es derramar honor a Su nombre. Incluso si vienes a Sus pies enojado, acusado o frustrado, todavía permanece la esencia de someternos a quien Él dice que es. Debemos empezar entendiendo dónde habita nuestro Dios y cómo debemos acercarnos a Él.

Reflexiona:

Escucha "The Lord's Prayer (It's Yours)" de Matt Maher y pregúntate ¿qué mentira me ha hecho creer el enemigo? Aquí hay algunos ejemplos de mentiras que puede creer:

1. Para que Dios escuche tu oración, tiene que ser perfecta, no desordenada ni vulnerable.
2. No puedes orarle a Dios porque no tienes suficiente fe.
3. La oración no requiere rendición ni humildad.

Ora:

Dios, te pido que esta semana me ayudes a comprender la verdad sobre la oración. Ayúdame a saber que no tengo que ser perfecto para acudir a Ti. Ayúdame a ver que la fe de un grano de mostaza es suficiente para orar la más audaz de las oraciones. Ayúdame a rendirme por completo a Ti cuando oro. Señor, me siento expectante de que me hagas crecer en la oración, y estoy emocionado de crecer más cerca de ti y de Tu reino. Santificado sea Tu nombre Señor, amén.