SHALOM - La Verdadera PazMuestra

Romanos es el segundo libro del Nuevo Testamento donde más aparece la palabra Paz, después de Lucas. Escrito a un pueblo que era gentil, tiene sentido la persistente mención de la palabra. En este texto en particular, el Apóstol Pablo revela la fuente de la paz = justificación.

La justificación es lo que sucede cuando creemos en Jesucristo. En términos legales, se define como "la acción de mostrar que algo es correcto o razonable". ¡Esto es lo que Jesús hizo por nosotros! Permítanme ponerlo en perspectiva y cerrar el círculo con este devocional. Cuando pecamos, nos separamos de Dios a causa de nuestras malas acciones. No hay forma de evitar este hecho. El pecado y Dios no se mezclan; debe ser inmediatamente destruido por la santidad y la justicia de Dios. Esto nos trae problemas, confusión, y ansiedad en nuestros corazones que se vuelven más frecuentes a medida que envejecemos. ¿Por qué? Porque nuestras malas acciones se vuelven más pasivas en nuestras vidas. Esto es lo que sucede cuando ya no nos sentimos mal por los pecados que cometemos y, por lo tanto, nunca nos arrepentimos de ellos. Así que tendemos a buscar los medios en este mundo por los cuales podríamos tener paz y tranquilidad para calmar nuestra conciencia. Lo único que puede llevarnos de las malas acciones a la rectitud es nuestra fe inquebrantable en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.

Jesús pagó el precio de nuestra paz. Estar EN Cristo significa estar en una posición correcta ante el Único Dios Santo. Fuera de Cristo, estamos condenados, pero en Cristo encontramos esa bendita seguridad de salvación. Él nos declaró justos ante el Padre, y ESO es lo que nos da paz. Así es como obtenemos la paz, y esa es la razón por la que solo Jesús puede darnos esa clase de paz, a diferencia de la que encontramos en este mundo. Es el único antídoto contra el miedo y la agitación.

Esto le da un nuevo significado a la paz. Más que tranquilidad o serenidad o quietud... es la comprensión de que todo entre Dios y nosotros está bien.

¡Shalom!