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¡Crucificado, sepultado y resucitado!

DÍA 2 DE 8

El clamor de victoria: ¡Consumado es!

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu (Juan19:28-30).

Consumado es: Las palabras finales de Jesús (tetelestai en el antiguo griego) fueron el clamor de un vencedor. Jesús había terminado el propósito eterno de la cruz. Hoy se mantiene como una obra terminada, el fundamento de toda la paz y la fe cristiana. La deuda que teníamos con Dios fue pagada en su totalidad por Jesús en la cruz, haciendo así la paz entre Dios y el hombre.

En algún punto antes de morir, antes de que el velo se partiera en dos, antes de que clamara “Consumado es”, tuvo lugar una impresionante transacción espiritual. Dios Padre cargó sobre Dios Hijo toda la culpa y la ira que nuestro pecado merecía, y Jesús la cargó en sí mismo a la perfección, satisfaciendo totalmente la ira de Dios por nosotros.

“Fue el clamor de un Conquistador; fue proferido a gran voz. No hay nada de angustia en Él, no hay lamento en Él. Es el clamor de Quien ha completado una tremenda labor” (Spurgeon).

“Jesús murió con el clamor del vencedor en sus labios. No es el gemido del derrotado, ni el suspiro de la resignación paciente. Es el reconocimiento triunfante de que ahora ha cumplido plenamente la obra que vino a hacer” (Morris).

“El verbo ‘teleo’ (que significa ‘terminar’) se utilizaba en los siglos I y II en el sentido de ‘cumplir’ o ‘pagar’ una deuda y figuraba a menudo en los recibos. La afirmación de Jesús ‘consumado es’ (tetelestai) puede ser interpretada como ‘pagado en su totalidad’” (Tenney).

Todo fue consumado, pagado en su totalidad, completado.

· Los símbolos, promesas y profecías de las Escrituras se consumaron.

· Los sacrificios y las ceremonias del sacerdocio se consumaron.

· Su obediencia perfecta fue consumada.

· La satisfacción de la justicia de Dios fue consumada.

· El poder de Satanás, el pecado y la muerte terminaron.

Habiendo inclinado la cabeza: Esto habla de un acto pacífico, como recostarse sobre una almohada para dormir. Jesús no inclinó Su cabeza en derrota; la inclinó en paz.

Entregó el espíritu: Nadie le arrebató a Jesús la vida; Él, de una manera diferente a cualquier hombre, entregó el espíritu. La muerte no tenía ningún derecho sobre el Hijo de Dios sin pecado. Él se puso en lugar de los pecadores, pero nunca fue un pecador. Así que no podía morir a menos que entregara el espíritu.

Como Jesús dijo en Juan 10:17-18: “Yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar".

“Nadie le quitó la vida: Su muerte fue una entrega voluntaria: una entrega que Él tenía autoridad para hacer, porque la autoridad para entregar su vida iba acompañada de una autoridad para volverla a tomar (Juan 10:18)” (Trench).

La obra de Jesús como un substituto en la cruz, conectado con la entrega de su vida en la cruz, fue el acto más importante de su vida (la vida más importante jamás vivida).

Basado en el Comentario Bíblico de Enduring Word de David Guzik.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

¡Crucificado, sepultado y resucitado!

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