El Diario De Un CristianoMuestra

Querido Dios:

Me he sentido triste y sin motivación, no entiendo lo que me pasa y me cansa estar así. Algunos días tengo ganas de todo y me siento feliz, pero en días como estos no tengo fuerzas ni para levantarme de la cama, mucho menos para escribirte, aunque es cuando más te necesito. Sé que estás conmigo en todo momento, incluso cuando mi mente me miente y me traiciona y olvido que soy valioso y capaz, pero no puedo fingir que estoy bien, Señor. Por favor, ayúdame, lléname de tu gozo y de la paz que solo Tú puedes dar. Dame las fuerzas que requiero porque no puedo solo y siéntate a mi lado cuando no me quiera levantar. Gracias por siempre estar ahí en mis peores y más oscuros momentos y ser la luz en medio de ellos.