Amor, Lo Importante Del AsuntoMuestra

¡El amor, el amor, el amor! ¿Qué es el amor? Pregúntale a un par de adolescente y a lo mejor darán vueltas a ese término como si estuvieran atrapados en una llamada de emergencia.

El amor es un sentimiento complejo que puede ser difícil de entender y expresar, especialmente para los jóvenes. A menudo usamos la palabra "amor" para describir varios tipos de sentimientos. Decimos amo a mi perro. Me encanta salir a montar en bicicleta. Amo los días soleados. Me encanta mi nuevo teléfono o mi outfit. Me encanta trabajar desde casa.

Si buscas por internet, es muy probable que te encuentres con algunas de estas definiciones para el verbo amar: Para demostrar cariño, sentir pasión, devoción o ternura por alguien. Para gustar o desear activamente y sentir deseo.

Pero por más versátil que pueda ser el amor, por lo general es mal comprendido. Sobre todo cuando es usado como una exageración: amo el chocolate, amo ir de compras, amo el café con leche que me sirve mi esposa cada mañana al despertar. Si gastamos nuestro amor en objetos, actividades u otras personas, ¿qué queda para las personas más cercanas a nosotros?

Pero, gracias a Dios por Jesucristo, quien nos da la perspectiva correcta del amor en 1 Juan 4:8. “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos" (Jn.15:13). Dios trajo amor vivo para nosotros. Lo puso en acción, y lo entregó en forma de sacrificio a favor nuestro.

La Biblia también enseña que: “Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:7-8).

Nuestro uso del término, generalmente expresa una emoción y puede tener ataduras. El amor de Dios, sin embargo, es incondicional. No fluctúa como lo hace el amor humano. No podemos hacer nada para que Dios nos ame más o menos de lo que ya nos ama. Su amor desafía la comprensión, pues nuestro amoroso Padre Celestial es todo amor.

Su eterno amor por nosotros no es caprichoso, no conoce temporadas de cambio. En Jesucristo, Dios siempre mantiene una inconmovible e inmutable actitud hacia nosotros, ¡Nos ama! Nunca ha sido por mérito propio, ha sido por gracia y amor. Él nos salva sin condición.

Él es el único Dios de quien el hombre ha oído decir que ama a los pecadores.

La pregunta final para ti y para mí, sería:

¿Cómo responderé al amor de Dios?

¡Medita en esto!