¿Cómo Reaccionas Ante La Ofensa?Muestra

Solo puede afectarnos, si lo permitimos

Algunas veces podemos sentirnos ofendidos cuando en realidad quien creímos nos ofendió, solo nos estaba haciendo un favor al decirnos la verdad. La verdad normalmente ofende. Es cierto que algunas personas no saben expresar asertivamente lo que quieren expresar, así sea verdad, y pueden causar grandes heridas. Sin embargo, ya vimos cuál es nuestra responsabilidad al filtrar adecuadamente las críticas que recibimos y que en algunas ocasiones vienen envueltas en una ofensa.

La ofensa solo puede afectarnos, si lo permitimos; es decir, somos nosotros los que determinamos si una ofensa nos lastima o no. Ahora, no significa que esto se pueda convertir en la excusa para andar por ahí ofendiendo a todo el mundo creyendo que son ellos los responsables de cómo recibir lo que les expresamos. Sería una actitud totalmente incorrecta y carente de sensatez, no sería para nada acorde a lo que Jesús nos enseña. Lo que sí es cierto, es que tenemos gran responsabilidad de canalizar lo que recibimos y confiar en que Dios se encargará de tratar con aquellos que nos ofenden así sea inconscientemente. Lo importante es que nosotros seamos responsables de lo que vamos a decir y cómo lo vamos a decir para no caer en la trampa de dañar a otros a través de lo que expresamos; tenemos que tener muy presente, que lo que impartimos no sólo se imparte a través de las palabras sino también de la actitud y la carga emocional que llevan consigo las mismas.

Oración: Padre, quiero ser más como Tu Hijo Jesús; ayúdame y permíteme ser sensible a cada enseñanza que trae consigo cada circunstancia que vivo, que incluso cuando alguien me ofenda, pueda ver en ello una oportunidad para mejorar, para aprender y para crecer en Cristo. Quita de mí toda fragilidad que me lleve a ser vulnerable ante la ofensa, la crítica o cualquier ataque; por el contrario, hazme fuerte en Tu poder para pasar por alto todo aquello que pueda ser utilizado por el enemigo para destruirme y alejarme de Tu propósito; permíteme ejercer en el poder de Tu Espíritu astucia y sabiduría para ver las ofensas como un instrumento de edificación.

Revélame más y más el carácter de Tu Hijo Jesús a través de las Escrituras, a fin de que pueda poner por obra lo que me revelas y de esta manera pueda en la fuerza de Tu Espíritu controlar las emociones y los sentimientos que tratan desviarme del propósito de ser cada vez más como Él. Así sea en Su nombre poderoso.