Misión del Alma: Define tu Propósito en la VidaMuestra

Al examinar detenidamente el Salmo 8:6-8, vemos la responsabilidad como consecuencia del rango y el reconocimiento del hombre dentro de la clasificación de la vida:

"...lo entronizaste sobre la obra de tus manos,
todo lo sometiste a su dominio;
todas las ovejas, todos los bueyes,
todos los animales del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
y todo lo que surca los senderos del mar".

El Salmista discierne una clara jerarquía de autoridad y responsabilidad en la naturaleza. El ser humano es el número dos. Todas las demás obras de Sus manos, incluidas las plantas y los animales, son el número tres. Sin embargo, el número tres desafía al número dos, al igual que el número dos ignora la posición del Número Uno. En cambio, Dios ha hecho que la humanidad gobierne las obras de Sus manos. Aunque la naturaleza es más poderosa en algunos aspectos, los seres humanos son colocados sobre la naturaleza en el gobierno. Ésta es la estructura de la voluntad del Creador, la misión humana, a través de la revelación y la naturaleza:

• El ser humano es amo y administrador, pero nunca el Hacedor.
• El ser humano es el que somete y gestiona, pero nunca el Soberano.

El hombre es el amo y señor, designado como gobernante de la naturaleza. Dios ha puesto todo bajo sus pies. La naturaleza no tiene cualidades humanas ni tampoco divinas. No debemos preocuparnos por despojarnos de la naturaleza de la divinidad o de la humanidad, porque no evidencia ni lo uno ni lo otro. Dios entregó la creación al hombre para que la subyugara y dominara. La humanidad conserva la preeminencia sobre las demás criaturas en valor y función. Esta función formaba parte del propósito original de Dios para el género humano.