[Grandes versos] La revelación de Cristo Jesus 2Muestra

La realidad de la batalla

Vivimos en un mundo con una realidad espiritual invisible. El noventa y ocho por ciento de la materia es invisible, por lo que tal vez no sea sorprendente que haya un mundo invisible de realidad espiritual. Como escribió Shakespeare en Hamlet: «Hay más cosas en el cielo y la tierra, Horacio, de las que se sueñan en tu filosofía».

Desde Génesis hasta Apocalipsis, se nos habla de un mundo espiritual invisible, un mundo de ángeles y demonios, un mundo de batalla espiritual épica. En Apocalipsis 12, la cortina es retirada del reino espiritual y vemos la feroz batalla que se libra en todo el cosmos:

«Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él» (Apocalipsis 12:7-9).

Puede que no estemos seguros de a qué se refieren todos los símbolos de Apocalipsis, pero no hay duda de la realidad de la batalla. ¿Qué nos enseña la Biblia acerca de esta batalla?

1. Eres un blanco en la batalla. Sí, tú. Satanás y sus demonios tratarán de devorar tu alma y arruinar tu vida. Usan el engaño, la condenación, la acusación, la tentación y la intimidación. Mantente alerta.

2. Libra esta batalla con la fuerza de Cristo. Ponte toda la armadura de Dios y sé fuerte en el Señor, no en ti mismo.

3. Libra la batalla con tu espada. Al igual que Jesús en Mateo 4, empuña tu espada, la Palabra de Dios, para derrotar al enemigo. Ignoramos la Palabra de Dios bajo nuestro riesgo espiritual.

4. La adoración es un arma poderosa en la guerra. La raíz del asunto en la guerra es la adoración: Satanás quiere la adoración que legítimamente le pertenece a Dios. Cuando adoramos a Dios, declaramos nuestro amor y lealtad a Dios y nos acercamos a Él. Dios derrama Su Espíritu sobre nosotros y los demonios huyen. La adoración significa guerra.

5. La oración es un radio de comunicación de larga distancia en tiempos de guerra. John Piper lo expresa mejor en «Alégrense las Naciones» (Let the Nations Be Glad): «No podemos saber para qué sirve la oración hasta que sepamos que la vida es la guerra». Sí, la vida es guerra. Eso no es todo lo que es, pero siempre es guerra. Nuestra debilidad en la oración se debe en gran medida a nuestro descuido de esta verdad. La oración es principalmente un radio de comunicación de larga distancia en tiempos de guerra para la misión de la iglesia, a medida que avanza contra los poderes de la oscuridad y la incredulidad. No es de extrañarse que la oración funcione mal cuando tratamos de hacer que sea un intercomunicador doméstico para pedir de arriba más comodidades en la sala de estar. Dios nos ha dado la oración como un radio de comunicación de larga distancia en tiempos de guerra para que podamos llamar al cuartel general para todo lo que necesitamos mientras el reino de Cristo avanza en el mundo.