La Carta De Jesús: Sus Deseos Para Mi VidaMuestra

GENEROSIDAD, EL ARTE DE DAR

Navidad, sin duda es una de las épocas más hermosas del año, mi favorita en particular. Luces, alegría, amabilidad, convivencia con personas especiales, amor al prójimo, son algunas de las cosas que marcan esta temporada. Y, es que lo que celebramos es la venida del Salvador a este mundo. Él camino entre nosotros y nos mostró una manera de vivir siendo diferentes. Justo este estilo de vida compartido por Jesús es la esencia de todo lo que significa la Navidad y lo que podemos percibir en nuestro ambiente y en los demás. Navidad está impregnada de la esencia misma de nuestro Salvador. Parte de esa esencia sin duda es la generosidad, el arte de dar.

Generosidad no solo es una acción, sino un hábito de dar a otro, ofrecer aún más de lo que se espera o se requiere, es desprendernos con gozo y amor de lo que tenemos, simplemente buscando el bien y la alegría de alguien más.

LO QUE TENGO

Para aprender el arte de dar el primer paso es preguntarme, ¿qué tengo? Sin duda todos tenemos algo para dar. No sé trata de tener mucho o poco, lo que tienes de seguro puede ayudar y hacer feliz a alguien. Lo que tenemos pueden ser cosas materiales, como alimentos, ropa, cobijas, juguetes, dinero, entre otras. O pueden también ser cosas no materiales, por ejemplo, tiempo, una palabra de ánimo, ayuda a alguien que lo necesita, compañía, una sonrisa, entre otras más. No pienses en lo que no tienes, estoy seguro que tienes lo suficiente para bendecir a alguien.

LO QUE VEO

El segundo paso para llevar una vida de generosidad es prestar atención a lo que vemos. Para esto, primero es necesario dejar de enfocarnos únicamente en nosotros mismos, en nuestra condición o necesidades. Siempre tendremos necesidad de algo, sin embargo es necesario dejar por un momento a un lado esa necesidad propia y voltear a ver la necesidad del quienes están a nuestro alrededor. Así te darás cuenta de que la necesidad es más evidente de lo que creías. En todo momento y en todo lugar hay alguien a quien podemos dar. Tómate un momento y mira a tu alrededor: tu familia, tus amigos, tus vecinos, la gente que te topas en la calle, tus hermanos de la iglesia, tus compañeros de la escuela o trabajo. ¿Logras ver la necesidad? Quizá Dios puso esas necesidades a tu alrededor para obrar a través de ti.

LO QUE DECIDO

Hasta ahora nos hemos dado cuenta de que todos tenemos algo para dar, y de que siempre hay alguien a quien puedo dar algo. El último paso se trata simplemente de decidir dar. Aquí es donde muchos retroceden, pues no es fácil despojarnos de lo que es nuestro. En ocasiones tenemos algo para dar, y sabemos que hay alguien a quien podemos bendecir, pero simplemente no tomamos la decisión de hacerlo. Algunas de las principales razones para no dar son la desidia, la envidia, la codicia, la flojera, la "falta de tiempo", o la frase tan conocida "para la próxima", entre otras. Sin embargo, una persona generosa siempre buscará la manera de dar, sin poner excusas. Este es el paso que hace la diferencia entre una persona que es generosa y una que no lo es. La generosidad no se queda solo en una buena intención, sino que toma la decisión de dar. Desprendernos de lo que es nuestro para bendecir a alguien más, sin duda es una de las experiencias más hermosas que podemos tener.

No te quedes con nada, toma la decisión y da. Dios no se quedó con nada, Él entregó a Su propio Hijo para salvar a la humanidad. Este fue el regalo perfecto que Dios entregó en respuesta a la necesidad del mundo, y es la esencia misma de la Navidad.

Pastores Jonathan y Emily