Con pies descalzos para volver a calzar.Muestra

Caminando como Embajador del Reino

En Juan 13, la Biblia nos relata que hacia el final de su ministerio, Jesús reunió a sus discípulos en el aposento alto. El propósito era celebrar la última cena con ellos. Durante la cena, el Señor Jesús tomó una toalla y una vasija y se dispuso a lavar los pies de sus discípulos. En tiempos bíblicos, las condiciones de polvo sumado al uso de sandalias, hacía necesario el lavado constante de los pies. Era una labor que estaba a cargo de los sirvientes, en las casas de sus amos.

Los discípulos quedaron atónitos al ver el gesto de Jesús. No podían imaginar que su Señor lavase sus pies. Entonces Jesús les explicó el verdadero significado de este gesto. Ellos habían experimentado la purificación de la salvación y no necesitaban ser lavados de nuevo en el sentido espiritual. La intención de Jesús tenía como propósito impregnar en sus corazones la demostración de su humildad y su servicio para que ellos pudieran imitarlo. Muy pronto ellos serían comisionados para compartir las buenas nuevas de salvación al mundo, y necesitarían un nuevo calzado. Las sandalias de seguidores serian cambiadas a sandalias de guiadores. Ellos como testigos y servidores del reino de Dios, tendrían la encomienda de anunciar el evangelio del reino. Al hacer discípulos formarían la iglesia que calzaría las sandalias del evangelio de la paz. La obediencia, la santidad y el servicio son requisitos indispensables para los embajadores del reino.

Piensa en ésto, ¿Qué encomienda te está dando Dios en esta etapa de tu vida? ¿Qué cambios debes realizar para cumplir esa encomienda?

Debemos estar dispuestos a desprendernos de esas sandalias que nos impiden alcanzar el propósito de Dios para su reino. El calzado que hemos escoger nos ayudará a proyectar la imagen de Dios en nuestro diario caminar como embajadores del Reino de los cielos.

Bendiciones.