Jesús NacióMuestra

Empieza el mes de diciembre y entre la corrida de fin de año, los cierres, las fiestas llega la hermosa época de Navidad. Los negocios se tiñen de rojo, blanco, verde y dorado, aparecen esos productos comestibles que solo salen a luz para esta época y ya empezamos a planificar con la familia dónde vamos a pasar las fiestas. Es interesante preguntarle a las personas en la calle si conocen cuál es el verdadero significado de la navidad y notar que la mayor parte no lo sabe. Las respuestas suelen ser: compartir en familia, buenos deseos, regalos, comida típica, fuegos artificiales. Pero nosotros conocemos que la Navidad es Jesús. Cada 25 de diciembre recordamos que Jesús nació y vino a este mundo por amor a la humanidad.

El nacimiento de Jesús fue un acontecimiento importante para todas las naciones, y aún lo sigue siendo. La promesa dada a Abraham en el libro de Génesis decía: “Serán benditas en ti todas las familias de la tierra”, y se estaba cumpliendo.

Es interesante conocer y analizar el contexto del nacimiento de nuestro Salvador. En aquel entonces el emperador romano Augusto César mandó a realizar un censo. Por esta razón José y María, los padres de Jesús, tuvieron que trasladarse de Nazaret a Belén ya que eran descendientes de David. Belén estaba colmada de gente. Además de que era una ciudad pequeña, ya no había lugar en ningún hospedaje. Imaginemos por un momento la situación: María a punto de dar a luz y José quizás frustrado por no poder ofrecerle un lugar cómodo para descansar. Y así fue como el escenario escogido para que nazca el Rey de Reyes fue un simple y humilde pesebre: el mismo lugar donde comían y descansaban los animales. Pensar que hoy miles de años después, bendecimos ese pesebre donde el Mesías nació, y lo consideramos un ícono religioso para adornar nuestras casas en temporada festiva.

Pero eso no fue todo. Herodes el Grande fue un rey que gobernó el pueblo judío durante las cuatro últimas décadas el siglo I a.C. Durante su mandato en Jerusalén tuvo el propósito satánico de mandar a asesinar a todos los niños de Belén y sus alrededores en menos de dos años. La razón de este genocidio fue el temor de perder su reino, pensamiento claramente inspirado por Satanás. De la misma manera en que tiempo atrás el faraón había tomado una decisión similar durante el nacimiento de Moisés quien luego liberaría al pueblo de Israel de la opresión de Egipto, Satanás estaba utilizando a Herodes para abortar con el plan de salvación que traería la vida de Jesús: el libertador de toda la humanidad. Pero Dios en Su misericordia y cuidado alertó a José enviando un ángel a través de los sueños quien le ordenó huir a Egipto con su familia y así preservar la vida de Jesucristo. El Padre entregó a Su Único Hijo Jesús para nacer, vivir y luego morir. Lo hizo por amor a la humanidad, para traer vida, paz, esperanza y salvación a un mundo con necesidad. Un mundo que necesita a Jesús.