Puestos los ojos en JesúsMuestra

Todo lo que produzca orgullo fuera de la cruz de Cristo termina avergonzando al hombre, cada vez que las personas dan rienda suelta a sus apetitos apartan sus ojos de Jesús y van autodestruyendo su vida, precisamente la cruz de Cristo suprime los apetitos de la carne, no se quitan, siguen ahí por la naturaleza del hombre, pero si los suprime.

El hecho de poner nuestros ojos en Cristo implica ver también esa cruz y permitir que nuestra alma cambie y en ese proceso de renovación y vida comience a servir al Señor, ese servicio le quita imperio al cuerpo y su naturaleza, quitando la gloria humana, gloria que destruye.

Tener nuestros ojos en lo eterno va a preservar nuestras vidas, fijar nuestros ojos en Cristo nos va a permitir cumplir el propósito con el cual fuimos creados, tú y yo fuimos llamados por gracia y escogidos por cuanto decidimos creer con fe.

Jesús es lo más hermoso que pudo pasarle a nuestras vidas y Su sacrificio en la cruz es la muestra de amor más grande. Permite que Él obre en tu vida, que sea Él quien dirija tu barco y camine a tu lado. No apartes tus ojos de Aquel que te amó primero, de Aquel que no escatimó esfuerzos para darte vida eterna, siempre puestos los ojos en Jesús el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos.

Autor: Roberto Steven Ojeda Sánchez

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