Simple AdoraciónMuestra

Canción: "Tú eres Rey”

“Con fuerte voz se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Dios único de Israel, el Dios del universo;¡ toda la tierra está llena de su poder!»” (Isaias6:3).

Mientras escuchamos la letra de este cántico, nos recordamos de la belleza, majestad, y soberanía de nuestro Dios. Isaias experimentó esto durante un tiempo donde su nación estaba decayendo. El rey había muerto y como consecuencia venían retos políticos, espirituales y económicos a la nación. Lo irónico es que cuando murió el rey terrenal, otro Rey fue revelado.

Isaias vio al Señor, alto y exaltado, y Sus faldas llenaron el templo. Los reyes son conocidos por la longitud de la túnica. La idea es que mientras más larga sea la túnica, mayor es el estatus. El estatus de Dios es grande. Sus faldas llenaban ¡todo el templo! Y a Su alrededor volaban criaturas poderosas llamadas serafines; y los serafines se gritaban el uno a otro “¡Santo, Santo, Santo, el Señor Todopoderoso, toda la tierra está llena de Su gloria! ".

Aunque Isaías estaba experimentado confusión en la tierra, todo el cielo estaba declarando la Gloria de Dios sobre ella. Es un asunto de perspectiva. En ocasiones los reyes terrenales tienen que fallecer para que el Único y Verdadero pueda ser revelado y transformar la manera en que vemos las cosas en la tierra.

¿Qué hay en nuestras vidas que nos impide ver a Dios en todo Su esplendor, belleza y majestad? Dios nos quiere dar una visión para ver Su Gloria hoy y recordarnos que Él es El Rey no importando lo desafiante que pueda parecer. Cuando entendamos la realidad, podremos ver una imagen clara en cómo responder a lo que sucede a nuestro alrededor. Y, podremos realizar el propósito que Él tiene para cada uno de nosotros.

Oración: Padre, ayúdanos a tener visión por Tu gloria. A entender Tu soberanía y que tienes todo el control. No importando lo difícil que sea la vida, todo obra para mi bien y para Tu gloria. Es Tu trabajo ser Dios, y es mi trabajo ser un adorador. Como adorador reconozco que me protegerás, no experimentaré daño, saldré sabio y fuerte. Amén.

Escrituras: Isaias 6:1-8; Salmos 103:19