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Inmune Al Temor - Semana 4Muestra

Inmune Al Temor - Semana 4

DÍA 2 DE 7

Las promesas de Dios son confiables

“No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió” (Josué 21:45).

La fe es un asunto personal. Puede que alguien haya demostrado fidelidad hasta ahora, pero para obtener certeza acerca del futuro tiene que haber implicaciones personales. Cuando confiamos en determinadas personas es porque las conocemos personalmente, y si pensáramos que esas personas iban a cambiar, no confiaríamos en ellas. En la Biblia leemos acerca de quién es Dios, y es posible que lo hayamos experimentado de manera personal en nuestras vidas. Sin embargo, en cuanto al futuro, aún tenemos que confiar en Él.

No hace falta fe para creer que dos y dos son cuatro, pero la vida es un poco más complicada que las matemáticas básicas. Las circunstancias cambian como cambia el mar, y la inmensa cantidad de variables de todo afecta su resultado. Sin embargo, Dios lo sabe todo y es todopoderoso hasta el punto de que hay cosas de las que tenemos que dejar que Él se encargue; a fin de cuentas, Él tiene el futuro en Sus manos. Puede que no entendamos todo lo que Él está haciendo, pero cuando confiamos en Él, Dios lo tiene en cuenta. Él creó el mundo de esa forma. No hay duda de que Dios puede hacer cualquier cosa, pero no trabaja alejado de aquellos que creen en Él. La oración y la fe le permitirán hacer lo que de otra manera no podría hacer porque Él es justo y soberano. Y la realidad es que Él diseñó la oración y la fe para que fueran de la mano; esa es Su providencia.

Depender de las promesas de los demás hasta que nos desilusionamos es parte de la naturaleza humana, y los timadores y estafadores dependen de la confianza que ponemos de modo innato en las personas que nos dan su palabra. ¿Cómo no vamos a poder confiar en el Dios Todopoderoso? Él no solo nos ha dado Su Palabra, ¡sino que cien generaciones ya han probado que Él es digno de confianza! “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8).

Él nos ha dado a todos la misma razón para confiar en Él: declaraciones específicas de lo que Él hará por nosotros. Alguien buscó en toda la Biblia y encontró un total de 7.874 promesas que Dios nos ha hecho. Esa reluciente lista de promesas resume la comprensión que tenemos de Dios y lo que podemos esperar de Él. El alcance de esas 7.874 promesas debería ser lo suficientemente amplio como para cubrir todas las circunstancias en nuestra vida que necesitan la ayuda de Dios. Muchas de las promesas de Dios aparecen en forma de pacto, y Dios hace muchas cosas por nosotros sin que se las tengamos que pedir.

“Vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5:45).

Dios es bueno, y es bueno con todos. Hay millones de personas que no lo tienen en cuenta, aunque luego son rápidas para echarle la culpa a Él cuando las cosas van mal. Los procesos de la naturaleza parecen inamovibles y rutinarios y, hasta el día de hoy, nadie ha demostrado que Dios no tiene parte en esto. Él cumple Sus promesas a “aves, animales y toda bestia de la tierra” (Génesis 9:10). “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche” (Génesis 8:22).

Jesús lo llevó más allá e incluyó a las flores, diciendo: “Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos” (Mateo 6:28-29).

Sin embargo, Dios tiene más cosas buenas. La promesa es esta: “Pedid, y se os dará” (Mateo 7:7) porque solo se pueden obtener por aplicación directa. En realidad son promesas, y la mayoría de ellas están enumeradas en las Escrituras: “Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad” (Salmos 84:11). Cuando la provisión natural llega a su fin, Jesús dice: “pedid, y recibiréis” (Juan 16:24). “Todo aquel que pide, recibe… Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:8,11).

Si pedimos cosas buenas, Él no enviará cosas malas… ¡nunca! “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17).

¡El ejercicio de la fe en la oración es imprescindible! El pájaro que está en su nido debe aprender a volar y recoger lo que está disponible. Tener que pedir es un excelente recordatorio para nosotros de que dependemos de Dios, y la oración está diseñada para que lo busquemos a Él. Da lugar a un espíritu como el de los niños, que nos hace mantener la mirada enfocada en nuestro Padre celestial en todo momento. Es como convivir… convivir como en familia con nuestro Padre. ¡Y toda la gloria sea a Dios! ¡Él ha demostrado ser un Buen Padre cuyas promesas nunca fallan!

Escrituras

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Inmune Al Temor - Semana 4

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Nos gustaría agradecer a CfaN Christ For All Nations por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.cfanlatino.org/

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