Cristo Sé MagnificadoMuestra

«Desde el principio de la creación, se levantan voces a un clamor. Desde oeste a este y norte a sur, magnifícate, Señor».

Comprender el significado completo de «mil lenguas» es difícil.

En 1739, con un hombre llamado Charles Wesley, un escritor de himnos escribió: «Oh, que mil lenguas canten, la alabanza de mi gran Redentor, las glorias de mi Dios y Rey, los triunfos de Su gracia». Obviamente, esto fue escrito durante un marco de tiempo, perspectiva y circunstancia diferente, pero esta línea es tan impactante incluso en la actualidad.

Cuando escuchas «Cristo Sé Magnificado», ¿qué es lo primero que te viene a la mente? ¿Es juntar mil lenguas para dar gloria y alabar a Dios? ¿Es compartir el Evangelio con otros, o amar a tu comunidad? Todas estas respuestas son correctas.

Como creyentes, tenemos la autoridad y la responsabilidad de caminar por esta tierra compartiendo el Evangelio, sin importar cuán difícil o intimidante pueda ser, nuestra misión es compartir las buenas nuevas. En esta época, escuchamos palabras negativas que se dicen con frecuencia, para enfatizar nuestras emociones y sentimientos. Escuchamos que el nombre del Señor se usa en vano, se dice con connotaciones negativas, pero el nombre del Señor da vida.

En Santiago 1: 26 leemos: «Si alguno se cree religioso y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión de esa persona no vale nada». Esta semana, toma el desafío de buscar maneras de domar tu lengua, porque el nombre del Señor es compartir el Evangelio con tus compañeros de trabajo, compañeros de clase, familia, comunidad y más.

Oremos:

Querido Padre, oro para que pueda verte en lo que estoy atravesando en este momento. Quiero acercarme a Ti y seguir confiando en Ti. Señor, ayúdame a engrandecer Tu nombre, no puedo esperar a escuchar cuando cada tribu y cada lengua se paren ante Ti con temor de Tu gloria. Dios, a medida que avanzo en mi vida diaria, permíteme mostrar acción de gracias y gratitud por lo que has hecho en mi vida. Padre, sé mi fortaleza cuando me quede corto, y dame valor para hablar a extraños acerca de Ti, Señor. Gracias por todo lo que me has bendecido, Señor.

Amén.