Estudio en el libro de SantiagoMuestra

NO JUZGAR A LOS DEMÁS

Aunque muchos sabemos que solo Dios tiene derecho de juzgar a alguien, solemos hacerlo a veces, sin darnos cuenta. Puede que mentalmente estemos prejuzgando a alguien por su apariencia, por la manera como se comporta en ese momento que lo vemos y no debemos hacerlo. Tenemos que recordar que muchas veces nosotros no nos sentimos radiantes, seguros, alegres. Todo depende de las circunstancias por las que estemos pasando. Hoy te quiero invitar a que te cuides incluso los pensamientos y estés atento para corregirte. Reflexiona en lo que puede pensar alguien que te vea un instante después de que otra persona te haya herido. Qué pueden sentir si te ven cuando acabas de recibir la noticia de que un buen amigo se fue con el Señor. Puede que vayas en tu auto y te asusta el conductor que va a tu lado y cuando miras, está usando su celular. Eso te molesta, y ¿le vas a reclamar? ¿Qué diría un miembro de tu iglesia si te mira en ese momento? Controlar nuestras reacciones es importante. Ahora, puedes ver que todos pasamos por momentos donde podemos comportarnos diferente de como somos normalmente. Entonces, no juzgues para que no te juzguen, y sobre todo, no juzgues, porque a Dios no le gusta y es Él quien puede juzgar porque en Él no hay error. Cuando sientas que vas a juzgar o prejuzgar a alguien, sustituye ese pensamiento de inmediato por una cualidad de esa persona, por favor o cámbialo por una oración por esa persona. Va a hacerte sentir mejor y tus relaciones con todos mejorarán.

ORACIÓN:

Padre Celestial, gracias por este día y por haberme permitido estar leyendo estos devocionales. Vengo ante ti con humildad Señor, a pedirte que me ayudes a darme cuenta cuando estoy juzgando o prejuzgando. Te pido que por favor me recuerdes que solo Tú tienes potestad de juzgar porque todos los demás somos pecadores por igual. Todos cometemos errores, tenemos cambios de humor y pasamos por diversos problemas. No hay derecho a que por ello nos juzguen y no tenemos derecho de juzgar. Ayúdame a no juzgar más y si siento que lo voy a hacer, a que me venga un pensamiento de algo positivo que esa persona ha hecho por mi o por otros. Pon una buena oración en mi mente. Necesito mirar con tus ojos y sentir con tu corazón. En el nombre de Jesús lo pido, amén.

REFLEXIÓN:

Propongámonos estar atentos a no permitirnos juzgar o prejuzgar a nadie. Recordemos cada día a partir de hoy, que solo Dios es perfecto y puede juzgar. Pensemos en las cualidades de las personas cuando las veamos. Que nuestro primer pensamiento al ver a alguien sea que Dios lo bendiga. Después, que podamos recordar cada vez que nos ayudaron o que otra persona como ellos lo hizo. Cuando alguien haga algo que nos molesta, elevémoslo a Dios y pidamos que Dios lo cambie y lo bendiga. Por último, no olvidemos dar gracias a Dios cada vez que logremos superar ese instinto de juzgar.