EL DIOS DE PAZ

La madre Teresa de Calcuta dijo: “La paz mundial comienza con una sonrisa”, Y, sin duda ella estaba haciendo referencia a una paz que trascendía los conflictos entre las naciones, la imperante necesidad de tener empatía en cualquier situación, momento o lugar.

Sin embargo, el significado Bíblico de paz es SHALOM, que es un estado de bienestar material y espiritual pleno. SHALOM, abarca un concepto más amplio de lo que es la paz real, no la paz que concibe el hombre como un estado emocional feliz. En Génesis 15:15 el Señor le dice a Abraham: “Tú, en cambio, te reunirás en paz con tus antepasados, y te enterrarán cuando ya seas muy anciano” y en el sentido amplio de la Escritura, Dios es nuestra paz como lo dice Gedeón. Al darse cuenta de que estaba viendo al Ángel del Señor construyó un altar que lo llamó “El Señor es la paz”.

Tu paz no depende de las circunstancias: si hay comida en la mesa o no, de un diagnóstico médico, de momentos donde la soledad y la tristeza están presentes. Por lo general, estos momentos nos roban la plenitud, pues en el caminar de la vida hay muchas situaciones difíciles. Por eso es importante tener esa dependencia de Dios que te otorgará esa paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:6).

Tu paz no está en momentos de relativa felicidad, está cuando te encuentras en la presencia de Dios. Ahí podremos experimentar completa tranquilidad. Si la presencia de Dios está contigo, entonces la paz está contigo. “Que el Señor de paz les conceda su paz siempre y en todas las circunstancias. El Señor sea con todos ustedes”. 2 Tesalonicenses 3:16.

El Señor está presente en todos los momentos y circunstancias. En Su presencia hay paz y bienestar, Él te permite vivir continuamente en ella. Recuerda y graba en tu corazón que Él es tu Shalom. Hoy te invito a volverte al Padre, a vivir la experiencia sobrenatural que Dios te brinda. Solo en Él podrás tener una vida por encima de las adversidades. Descansa en la confianza de que Su Shalom está contigo y perdurará hasta que disfrutes de la vida eterna en Su morada.

¿Qué circunstancias en tu vida te están quitando la paz? Recuerda Filipenses 4:6.