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Gana La Batalla en Tu Interior

DÍA 21 DE 21

¿Qué NO ES el perdón?

Más que pacientes venir a preguntarme qué es el perdón, suelen ser muchos más los que tienen interrogantes sobre lo que el perdón no es. Hay quienes se sienten mal con ellos mismos porque aunque han dado pasos importantes sobre perdonar, están confundidos y llegan a pensar que no han perdonado cuando realmente sí lo han logrado. La confusión está basada en lo que tradicionalmente han aprendido sobre lo que es el perdón y nunca han escuchado lo que NO es el perdón. Espero con todo mi corazón que este conocimiento te brinde alivio y no te sometas a experiencias que te sigan dañando.

El perdón no es olvidar:

El olvido no existe. Todo queda registrado en nuestra memoria consciente o inconsciente. No podemos usar el olvido como cronómetro para medir si hemos perdonado porque no estamos dentro de lo que es la realidad de nuestro funcionamiento mental. Todos, en algún momento dado, podríamos pensar en lo extraordinario que sería si pudiéramos borrar de nuestro cerebro lo ocurrido. Podemos sentirnos tentados a pedirle a Dios que tome un borrador milagroso y que de una sola pasada quitara de nuestras mentes todo el dolor del pasado. Ahora bien, cuando hemos logrado completar el proceso de perdonar, aun cuando los recuerdos lleguen, esas memorias no nos dolerán.

El perdón no es aprobar:

Aprobar una conducta negativa en otros puede generar el que esa conducta se siga repitiendo. Las personas para cambiar lo que no está bien necesitan ver consecuencias de sus actos. Esto no quiere decir que no vamos a tener compasión. La misericordia es necesaria siempre. Pero, otra cosa muy distinta es aprobar las acciones dañinas y pasarlas desapercibidas como si nada hubiera pasado. Cuando hacemos esto no nos estamos respetando a nosotros mismos.

El perdón no es justificar:

La gran mayoría de las personas que lastiman es porque tienen un bagaje donde ellas fueron lastimadas también. Son heridos que hieren. Esto no minimiza, ni disminuye el dolor que causaron, pero contribuye a nuestro proceso de restauración. No es justificarlos, pero entender las raíces que han provocado el daño que han infligido ayuda grandemente para perdonar.

El perdón no es aceptar la situación:

Todos tenemos el derecho, dado por Dios, de no mantenernos en situaciones donde seamos cíclicamente lastimados, humillados, denigrados, menospreciados y/o maltratados. Si este es tu caso, debes salir corriendo de esa situación. Decidimos de quién permanecer cerca o estar lejos. Para nuestra integridad, emocional, espiritual y hasta física es importante cortar relaciones que nos producen daño.

El perdón no es reestablecer relaciones:

Cuando perdonamos estamos manifestando las dimensiones del fruto del espíritu como: el amor, la benignidad y la paz. Puede significar que de una manera honesta y sincera, has llegado a ciertos términos tanto con la ofensa, como con la persona que la causó. Pero esto no quiere decir que tengas que reestablecer la relación como la tenías antes. De ninguna manera perdonar tiene que significar en todos los casos que puedas seguir confiando en la persona.

El perdón más difícil es a uno mismo. Diferentes situaciones en la vida nos pueden llevar a tomar decisiones equivocadas. ¿Quién no ha cometido un error alguna vez o muchas veces? El perdonarnos a nosotros mismos es totalmente necesario para vivir de una manera victoriosa y con paz. De otro modo, podemos caminar por la vida con una lucha interna de lo que se debió haber hecho de manera diferente. Puede haber una gama de pensamientos martirizantes de lo que se identifica que se hizo mal, abrazados a los errores y a las faltas cometidas. Es fundamental trabajar el autoperdón, el que es un proceso interno y profundo. Si permitimos que los sentimientos de culpa nos dominen marcharemos auto-recriminándonos. Esto es muy peligroso porque nos puede conducir a comportamientos destructivos hacia nosotros mismos. Reconocer nuestras faltas es un acto de madurez espiritual y de inteligencia emocional. ¿Qué tal si te perdonas a ti mismo?

A mí mismo:

En comunión con el Espíritu Santo hoy decido perdonarme. Me perdono por pensar de mí mismo que no soy suficiente. ¡Me he juzgado tanto! He creído las mentiras que otros han dicho de mí, tanto verbalmente como con sus acciones.

Me perdono por pensar de mí que no sirvo, que no valgo yque no puedo. Me perdono por las decisiones que he tomado como una forma de autocastigo. Me perdono por juzgar que soy un problema para otras personas. Me perdono por creer que soy difícil de amar.

Me perdono por llevarme a mí mismo al límite porque siempre necesito demostrar cosas para poder ser aceptado y aprobado. Me perdono por creer que siempre estoy equivocado. Me perdono por sentir que no encajo con nadie.

Me perdono por las dificultades que he tenido para ver lo mejor que hay en mí mismo. Me perdono porque me he rechazado tanto en aspectos emocionales como en aspectos físicos. Me perdono por los días que he pensado que no tengo casi nada bueno. Me perdono por haberme abrazado al rol de víctima. Me perdono por el daño que he hecho a los demás.

Me perdono por juzgar que soy menos que un hijo amado de Dios. Mediante el poder de perdonarme a mí mismo hoy me libero y se rompen las cadenas de la autocondenación. Reconozco y afirmo, en el nombre de Jesús, que mi alma se va sanado y me convierto en un testimonio vivo del poder restaurador de Dios.

Amén.

Afirmaciones:

Mi forma de ser me abre muchas puertas maravillosas. Me siento bien con lo que he alcanzado.

Me amo con todas mis virtudes y fortalezas.

Dios me ha cuidado y tiene grandes cosas para mí.

Soy libre de todo dolor del pasado. Todo lo que he vivido ha formado el ser extraordinario que soy.

Hoy es una nueva oportunidad. Es como si tuvieras un libro abierto, con sus páginas en blanco y en ellas puedes escribir una nueva historia. Hice una encuesta en Facebook en la que pregunté: ¿Qué título le pondrías al libro nuevo de tu vida? Estas fueron algunas de las respuestas:

·“Por Su fidelidad”.

·“Tiempo de restauración”.

·“Momento de resurgir”

·“Nuevos comienzos”.

·“Se abre una puerta”.

·“Renace la esperanza”.

·“Sé valiente”.

·“En busca de paz”.

·“Una nueva vida”.

·“Mirándome como Dios me ve”.

·“Cumplimiento”.

·“Tiempo de transición”.

·“Floreciendo día a día”.

·“Te dejaré bendecirme”.

·“No sé a dónde voy, pero sí con quién voy”.

·“Mirándome como Dios me ve”.

·“El dolor, mi gran lección”.

·“Una mejor versión de mí misma”.

·“Mirando el futuro con esperanza”.

·“A pesar de todo, te sigo creyendo”.

·“Con las alas restauradas, volaré”.

Para ti hoy, se abren esas páginas. ¿Qué título le pones al libro? ________________ .

***Así culminamos este plan de 21 días, esperando haya sido una gran bendición en sus vidas y creyendo que el Padre Celestial les bendice, liberta y restaura.

Escrituras

Día 20

Acerca de este Plan

Gana La Batalla en Tu Interior

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Nos gustaría agradecer a Dra.LisMilland por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://es-la.facebook.com/dralismilland/

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