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Las 3 P para el matrimonio Muestra

Las 3 P para el matrimonio

DÍA 1 DE 3

Paciencia

La paciencia es uno de los frutos del espíritu y la palabra de Dios habla de ella en muchas ocasiones. En mi experiencia a través de la vida, he tenido que luchar con la paciencia porque he sido una mujer bastante impaciente. Me desesperaba tener que esperar por todo. Esperar decisiones importantes, por respuestas de Dios y hasta algo tan sencillo como esperar mi turno en un restaurante de comida rápida.

Luego de un largo tiempo de relación con Dios, de un proceso de restauración con Él y a través de su palabra, al fin descubrí que ni en la vida, ni en la relación matrimonial se puede vivir sin paciencia. Este fruto del espíritu se produce en nosotros acercándonos más a Dios de manera constante. Es a través del espíritu de Dios que podemos llenarnos de paciencia.

Tal como nos enseña Efesios 4:2, nosotros tenemos que ser pacientes los unos con los otros; y esto también aplica en nuestra relación matrimonial. Estar desesperado por algo te hace tomar decisiones insensatas. Actuar bajo impulsos de coraje, de tristeza, e incluso hasta por felicidad, nos causa hacer cosas que debieron tener un tiempo de espera sin alterarnos y confiando que cuando el resultado llegue, va a ser el mejor.

Nuestro cónyuge es un ser totalmente diferente a nosotros, y si no actuamos con paciencia ante cualquier situación que requiera esperar por ellos o comprenderlos, nuestras decisiones y actos se nos pueden ir de las manos.

Un ambiente impaciente convierte tu matrimonio en una zona de combate constante. En cambio, un ambiente lleno de paciencia, logrará fomentar paz y tranquilidad en su diario vivir como esposos.

En mi caso, he sido moldeada una y otra vez con esto de la paciencia. He tenido que entregarle esa área de mi vida por completo a Dios, porque con el tiempo y experiencias, he experimentado cómo ser impaciente ha puesto en riesgo la relación con mi esposo. De la misma manera, he visto los frutos que traen a nuestra relación, mi vida y la vida de él, al practicar la paciencia. Con paciencia, todo es más tranquilo.

Si amas a tu cónyuge, parte de ese amor es decidir practicar la paciencia con él o con ella. Ese amor te dirige a esperar de manera tranquila y demostrarle misericordia a tu cónyuge. En vez de ser impaciente, desesperado y exigente; hoy deseo invitarte a que te acerques más a Dios y elijas generar paciencia para tu matrimonio.

Oración de hoy: Señor, ayúdame a tener misericordia por mi cónyuge. Crea en mí, un corazón que muestre tolerancia y paciencia, así como Tú lo haces conmigo a pesar de mis debilidades.

Día 2

Acerca de este Plan

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Nos gustaría agradecer a Jannisabel Santiago por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/dialogosdelaesposa/

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