Una Cita InesperadaMuestra

Jesús nos ofrece agua viva

En la historia de la mujer samaritana vemos que Jesús llega a un pozo a sacar agua. Aunque a veces lo olvidemos, él también tenía necesidades y cansancio humano. Jesús ya pasó por todo lo que hoy nosotros podemos pasar o padecer en este mundo. Y no lo hizo porque sí, sino para entendernos y sentir nuestra necesidad desde un punto cercano.

Pero en Juan 4:8 podemos leer que Jesús no fue al encuentro de esta mujer solo para pedirle agua, sino para ofrecerle agua viva que solo él podía dar. Él siempre nos habla con profundidad, para abrir nuestros oídos espirituales.

Esta historia nos recuerda que Jesús es la fuente que satisface nuestro espíritu como nada ni nadie más puede hacerlo. Solo él llena el vacío en nuestro interior, reconstruye aquello que está roto, hace todas las cosas nuevas.

Muchas veces, al igual que esta mujer samaritana, creemos que necesitamos cosas materiales o físicas para saciar vacíos que esas mismas cosas van dejando. Podemos pensar que no hay nada que pueda llenarnos, pero Jesús es nuestro proveedor de vida, nuestro gozo eterno, él quiere y puede enriquecer tu alma con cosas que este mundo no puede dar. ¡Permite que él sea tu fuente de agua viva!

Oración: Señor, te pedimos que nos llenes del agua viva que solo tú puedes dar, queremos experimentar la llenura en nuestro espíritu y ser saciados por ti. Ayúdanos a dejar de buscar en el mundo, aquello que solo podemos encontrar en ti. En el nombre de Jesús, amén.