Plenitud De VidaMuestra

La Batalla del Cerebro

Durante años, yo (Ben) creí que mis luchas con la ira, el comer en exceso y el uso de la pornografía eran simplemente malas decisiones que seguía tomando, que solo necesitaba amar más a Jesús para poder parar.

Ojalá hubiera sabido cómo mi cerebro jugó un papel en la superación de estos problemas.

Más de 580 veces la Biblia menciona las palabras “mente,” “pensar” y “creer.” A lo largo de estos tiempos hay un gran énfasis en hacia qué poner nuestra energía mental.

Por ejemplo, se nos dice que pongamos nuestra mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra en Colosenses 3:2, y que llevemos cautivo todo pensamiento en 2 Corintios 10:5.

¿Por qué? Nuestros comportamientos siguen nuestras creencias: nuestros anhelos insatisfechos y nuestro dolor nos llevan a creer mentiras arraigadas profundamente. Con el tiempo, podemos comenzar a operar nuestras vidas a partir de estas mentiras. Por ejemplo, el daño de otros puede llevarnos a desarrollar un sentido de vergüenza, creyendo que somos defectuosos en el centro de nuestro ser a pesar de haber sido hechos nuevos por medio de Cristo (2 Corintios 5:17). Podemos intentar esforzarnos por nuestro valor material (trabajar en exceso, obtener el cuerpo "adecuado," ganar más dinero) para sentirnos aprobados y valiosos.

Otros de nosotros podemos comenzar a deprimirnos, volvernos hacia nosotros trayéndonos y perdiendo toda esperanza en la vida. Sin embargo, algunos pueden recurrir a comer en exceso, emborrachandose o teniendo relaciones sexuales como una forma de adormecer estas mentiras y sentir una sensación temporal de paz y seguridad.

Estos pensamientos y comportamientos repetidos conducen a vías neurológicas fijas en nuestros cerebros. Con el tiempo, tenemos un problema cerebral físico de preprogramación que necesita resolución, lo que explica por qué puede ser tan difícil dejar de volver a creencias y comportamientos poco saludables.

La buena noticia en Romanos 12:2 es que puedes renovar tu mente. La neuroplasticidad afirma esta realidad, explicando que tu cerebro puede cambiar a medida que se desarrollan nuevas vías nerviosas y las viejas vías comienzan a desaparecer.

Con el tiempo, las mentiras pueden ser reemplazadas por la verdad, y Dios puede sanar el quebrantamiento, a medida que tomas medidas para vivir la vida floreciente que Jesús te ofrece.

1. ¿Cuáles son tus constantes pensamientos y comportamientos malsanos?

2. ¿Cómo te afecta comprender la funcionalidad del cerebro?

3. ¿Qué paso puedes tomar hoy para comenzar a cambiar un patrón de pensamientos malsanos a través del poder de Dios?

Para profundizar en el tema de hoy, elige Plenitud de Vida, [Free to Thrive] de Josh McDowell y Ben Bennett, dondequiera que vendan libros.