Lecciones del libro de TitoMuestra

Para las mujeres de 50 años en adelante (y para quienes las aman)

Pablo escribió algunas palabras curiosas sobre las mujeres mayores: «Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien» (Tito 2:3). Eh… ¿Por qué Pablo le diría esas palabras específicas a ese grupo específico de la iglesia? Mi teoría es esta: las palabras y el vino son una gran tentación para las mujeres mayores.

Las mujeres jóvenes muchas veces están tan ocupadas con la escuela, el trabajo y criando niños que las agotan, que no tienen mucho tiempo para relajarse. Pero a medida que envejecen, cuando el trabajo se lentifica y los hijos se van de la casa, las mujeres pueden pasar más tiempo con sus amigos, se sirve vino, las palabras llenan la sala y la reverencia hacia Dios puede olvidarse rápidamente.

Pablo les advierte sobre esto a las mujeres mayores, porque Él conoce el poder de una mujer piadosa (lea Tito 2:4,5). Una mujer sobria y con autocontrol puede ser mentora de mujeres cristianas jóvenes. Puede enseñarles cómo hacer el bien en el nombre de Dios y cómo evitar los escollos más comunes de la vida femenina en el hogar y en el mundo. Lo más importante es que puede instar a la siguiente generación de mujeres a que busquen a Dios, a que encuentren su identidad y su integridad en las sólidas promesas de Dios por medio de Cristo.

Si eres una mujer que difama o se te conoce como chismosa, el mensaje podría no llegar. Pero si eres una mujer que puede hablar con claridad y confianza acerca de Cristo, su impacto será invaluable. ¡Oremos para que Dios llene nuestras iglesias y las naciones con mujeres así!