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Levantando Los Brazos Del PastorMuestra

Levantando Los Brazos Del Pastor

DÍA 1 DE 9

¡Tan Fácil Tirarle Piedras A Un Árbol Caído!

¿Quién podría decir que nunca se ha sentido débil? Algunos cristianos tienen un falso concepto de lo que significa ser victoriosos en Cristo, cuando pretenden creer que siempre tenemos que estar bien, que nunca podemos cansarnos, enfermarnos o debilitarnos; y por lo general, cuando nos sucede algo así, tendemos a ser presas fáciles de los señalamientos y la condenación que muchas veces los mismos hermanos ejercen al vernos casi desfallecer. ¡Tan fácil tirarle piedras a un árbol caído!

Pienso en los pastores o líderes ministeriales que luchan incansablemente por permanecer en pie de lucha a pesar de las aflicciones por las que pueden estar pasando en torno a su hogar, a nivel personal y ni qué decir desde el mismo entorno congregacional; algunos de ellos pueden estar llevando cargas y quizá muchos de ellos están solos llevando esas cargas, en silencio; probablemente unos cuantos a su alrededor les estén ayudando, pero estos mismos a lo mejor también necesitados de apoyo, porque todos nos cansamos, es una realidad.

No es justo que a aquellos que nos sirven, que nos enseñan y oran en todo tiempo por nosotros, pretendamos verlos siempre fuertes, prestos y dispuestos a ayudarnos, aun a pesar de las batallas que tienen que enfrentar, exigiendo que siempre deben estar para nosotros cuando los necesitamos; sin embargo, ¿Qué hacemos nosotros por ellos cuando se sienten cansados? ¿Los juzgamos, los abandonamos, los dejamos solos porque creemos que deben estar más preparados que nosotros para enfrentar sus batallas? ¿Pensamos que porque estudian y predican la Palabra, pastorean al rebaño, son líderes, etc., no necesitan nuestro apoyo? ¿Dónde está escrito en la Palabra que los pastores o ministros no van a pasar por momentos de dificultad o sufrimiento? ¿Acaso todos no fuimos salvos por lo mismo y para lo mismo, por y para Jesucristo? Ninguno merecíamos ser perdonados por Jesucristo, pero Él lo hizo, nos perdonó y nos salvó, y nos salvó para que nos sirvamos por amor de su Nombre y para gloria de Dios.

Es tiempo de abrir los ojos y entender que somos hermanos y que independientemente del ministerio o la misión que Dios haya delegado a cada uno, siempre nos necesitamos los unos a los otros, siempre vamos a necesitar ser alentados los unos por los otros y siempre necesitamos de las oraciones de los otros y del apoyo mutuo. Somos hermanos y como tal debemos amarnos y apoyarnos, especialmente en momentos de aflicción.

Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

Levantando Los Brazos Del Pastor

En ocasiones olvidamos que aunque somos hijos de Dios, vamos a enfrentar pruebas, ataques y aflicciones que fácilmente nos pueden debilitar, y los pastores o líderes ministeriales no están exentos de esto. Es cuando en u...

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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/confiadosenJesucristo/

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