No Te Impacientes Por Causa De Los MalvadosMuestra

No Te Impacientes

No te impacientes ni te abrumes cuando veas que un impío prospera más que tú, no te dejes distraer con las trampas que el enemigo te tiende a través de los hijos de desobediencia; no permitas que tu riqueza sea opacada con la riqueza mundana que solo genera "placer" momentáneo. Dios ha prometido ocuparse de nosotros Sus hijos mientras nosotros estemos ocupados de los asuntos de Su reino, obedezcamos Su Palabra, perseveremos en la santidad y en la justicia de nuestro Padre para que Cristo Jesús sea glorificado en nosotros y de esta manera podamos disfrutar de las riquezas que no pueden ser destruidas y que jamás perecerán.

Los hijos de Dios vivimos por fe y no por vista. Nuestro Padre nos prosperará conforme prospera el alma, Él lo ha prometido y estoy segura de que Su prosperidad va más allá de lo que nuestro precario entendimiento puede imaginar. Concentrémonos en las riquezas del reino de los cielos, en hacer tesoros allí y dejemos que Dios se encargue del resto. Estoy convencida de que nuestro Padre jamás nos dejará ni nos abandonará, pase lo que pase, Él siempre nos sustentará.

Oración:

Padre, perdón por todas las veces en las que permití que en mi corazón se albergara amargura por ver como otros que evidentemente no se comportan como hijos tuyos, son "prosperados". Ten misericordia Señor y destruye toda concupiscencia de mi corazón, no permitas que me deje tentar por mis deseos carnales y permíteme en todo tiempo permanecer firme en la búsqueda de Tu reino y de Tu justicia, porque de lo demás, de lo que Tú sabes que necesito e incluso de los anhelos que tengo, los suplirás en Tus tiempos y según Tus propósitos y sé que lo harás como siempre lo has hecho, de manera sobreabundante.

Gracias por hacerme entender que Cristo Jesús es mi mayor riqueza, que gracias a Él soy tu hijo y que juntamente con Él me has hecho coheredero de las riquezas del reino de los cielos, riquezas que no perecen y de las que puedo disfrutar eternamente. Libera mi corazón de toda raíz de amargura e iniquidad y permite Padre que me deleite en la plenitud que me das en Cristo Jesús. Amén.