SalvaciónMuestra

Jesús entiende el rechazo

Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.


El rechazo es muy difícil para nosotros, siempre nos duele. A veces duele tanto que no sabemos si sobreviviremos a la herida. El caso es que gastamos mucha energía evitando el dolor del rechazo. ¿Cómo lo hacemos? No permitimos que la gente se acerque demasiado, no corremos riesgos, nos vamos a lo seguro. Usamos máscaras.


¡Ah, el dolor del rechazo! Puede doler muchísimo. Piensa conmigo, no, mejor siente junto conmigo, aquí algunos ejemplos, grandes y pequeños:

· Un niño pequeño es el último elegido para el juego de béisbol.


· Una niña de cuarto grado no es aceptada por las chicas populares de su escuela.


· Una chica de secundaria no es invitada al baile de graduación.


· Un adolescente tiene miedo de llamar a una chica porque le teme mucho al rechazo.


· Una niña se siente muy herida porque sus padres nunca tienen tiempo para ella.


· La novia de un joven rompe su relación con él.


· Una estudiante de último año de secundaria no es aceptada en la universidad donde van sus amigos más cercanos.


· Tu amigo te traiciona al contarle a alguien tu secreto.


· El hombre de cuarenta años no puede encontrar un trabajo después de perder el último.


· Tu cónyuge te deja por otra persona y tu corazón parece que fue arrancado de tu pecho.


Rechazo. El corazón humano apenas puede sobrevivirlo, a veces no sobrevive. Jesús sabe todo al respecto, Él entiende. Verás, Jesús fue rechazado por millones, por su propio pueblo, por las mismas personas que Él creó, las mismas personas que Él amaba, las mismas personas por las que murió. «Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios».


Jesús entiende nuestro rechazo. Él nunca nos rechazará, Él siempre nos dará la bienvenida y nos recibirá con los brazos abiertos. De hecho, Él derramará tanto amor y aceptación en nuestros corazones que podremos arriesgarnos al rechazo nuevamente, porque habremos encontrado aceptación en Aquel quien más importa.