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Perseguir a Dios a través de la oración

Podemos conocer a Dios a través del porqué, cómo, y qué de la oración.

¿Has conducido a algún lugar distraído y terminado en el camino incorrecto? ¿No? ¿Sólo yo? ¡Ja! Una vez mientras iba a una consulta con el dentista, mi mente distraída puso mi conducción en autopiloto, ¡así que terminé en la tienda! La distracción se materializó cuando estaba confiada en que sabía lo que hacía.

Nuestros hábitos no sólo nos ponen en autopiloto física, sino espiritualmente, también. Nos podemos volver autosuficientes, ¡sin darnos cuenta de que vamos en la dirección equivocada! Necesitamos de la dirección constante de Dios.

Si no ves la necesidad de la oración, puede que estés viviendo en autosuficiencia. La oración no es para los competentes o complacientes. La oración es para los necesitados, dependientes, errantes y sedientos.

¡Incluso Jesús era dependiente! Dependía de Su Padre a diario. Podemos ver esto por cuán seguido Jesús fue a estar a solas con Dios en oración. Tal como Jesús, no se supone que nosotros vayamos por la vida solos. Necesitamos entender nuestra absoluta y desesperada necesidad de Dios en todo tiempo, cuando las cosas van bien o mal. Tú y yo estamos muy necesitados, ¡y eso está bien! Nuestras oraciones deberían ser un reconocimiento e incluso una aceptación de nuestra necesidad.

¿Qué necesidades, pequeñas o grandes, necesitas llevar a Dios?