Mientras EsperasMuestra

La invitación a recibir lo que esperamos





No se tú , pero en mi caso , uno de los sonidos que más me agrada de la naturaleza, es el de la lluvia, el sonido de las corrientes de agua en los ríos o el sonido de las olas del mar golpeando la orilla en la arena. Creo que de alguna manera la fuerza con la que el agua cae sobre cualquier superficie tiene esa inspiración de la creación para mostrarnos como todo lo que Dios crea y preparó en la vida, tiene una dirección clara, tiene movimiento, tiene una fuerza de empuje hacia lo que está por venir. No es un secreto todo lo que el agua significa para los seres humanos, es una fuente de alimento, de hidratación, un recurso natural para el disfrute y que esta presente tanto en el interior como en el exterior de nosotros.







Es increíble que en la persona de Jesús, se reúnan todas estas características como ejemplificación de lo que es capaz de hacer en nosotros, ante nuestra necesidad de recibir lo que esperamos. Jesús exclamo casi al final de sus días; " Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva»".







Sin duda, un corazón que anhela una respuesta en Dios debe permanecer cerca de la fuente de las respuestas, es imposible que recibamos algo estando lejos de él. Podemos ver la lluvia a través de nuestra ventana o apreciar lo bello que es el mar sentados en la arena. Pero creo que no hay mejor sensación que sentir la lluvia entre tus dedos, cada gota en tu rostro o sumergirte en el mar esperando sobreponerte a la olas. La forma de ver cumplidos nuestros sueños y anhelos es estando en interacción constante y cerca de la fuente de vida eterna. Jesús nos invita a ser saciados a recibir completamente todo, solo debemos sumergirnos en Él.







Si recuerdas las historias que hemos compartido en este plan, te darás cuenta que en cada una de esas historias hay una respuesta cumplida y promesas hechas realidad. Y el mismo Dios de estos hombres y mujeres es nuestro Dios, él no cambia, él permanece , Dios es fiel. Hemos de recibir lo que él ha designado para nosotros en su voluntad, sólo mantente en pie, sigue adelante, no te desanimes. La invitación a recibir lo que esperamos está cerca. ¡Cree en Jesús!, confía en él, pronto veremos que desde lo más profundo brotarán ríos de alegría, ríos de gratitud, ríos de adoración, ríos de  confianza, ríos de agua viva para decirle al mundo de todo lo que es capaz nuestro Dios. De lo necesario que es aprender a confiar en Él mientras esperas.



Dios te bendiga en este tiempo de espera. Lo mejor está por venir. Una vez que recibas eso que le has pedido a a Jesús, cuando veas lo que ha hecho por ti, corre y compártelo con otros, tus experiencias con Dios siempre serán de animo y bendición para alguien más.