Él es mi mejor amigoMuestra

"Nadie puede superarlo"

Nadie puede superar el amor que nos ha demostrado Jesús, Él se dió a sí mismo por amor al Padre para manifestarnos el amor del Padre a través de su sacrificio en el madero. Jamás habrá alguien que haga lo suficiente para hacernos sentir la plenitud que sólo en su amor podemos encontrar. Su amor nos ha perdonado, sanado, liberado y restaurado. No hay quien pueda superar lo que Él hizo por nosotros.

Fuimos establecidos en amistad con Dios, a través de Jesús, por elección divina; así que, una vez establecidos en el diseño divino de la amistad con Dios por la amistad que tenemos con Jesús, su amistad también nos empieza a perfeccionar en el amor por los demás.

La amistad que tenemos con Jesús nos lleva a conocer al Padre, y en la medida que avanzamos en conocimiento de Él, nuestro amor por Él se va perfeccionando a través de la obediencia por gratitud y por el amor que se manifestó y se sigue manifestando en nuestra vida por medio de Jesús. De igual manera, la amistad que tenemos con Jesús nos perfecciona en el amor por los demás a través del amor que nos ha entregado. Su amistad hace que veamos a los demás de la misma manera en que Él nos vió a nosotros cuando nada merecíamos de su parte; su amistad nos permite tratar a los demás a partir de la misericordia y la gracia que hemos recibido de Él. Mientras más conscientes del valor que tiene nuestra amistad con Jesús, más conscientes de cuánto nos amó, esa es la forma en que debemos amar al Padre y también es la forma en que debemos amar a los demás. Su amor por nosotros se refleja en el amor que ofrecemos a otros; es decir, en la medida en que experimentamos su amor a través de la comunión que tenemos con Él en el poder del Espíritu, el amor que ofrecemos a otros refleja la manera en que nos relacionamos con Él y vivimos su amor. El amor que expresamos y demostramos a otros refleja esa medida de amor que disfrutamos por la comunión que tenemos con Él.

El vínculo que tenemos con Jesús, marca el estilo y la forma en que nos relacionamos con los demás. No podríamos decir que tenemos una relación con Jesús, basada en el amor, porque Él es amor, y decir que se nos dificulta mostrar amor y misericordia por las personas. Si tenemos una relación con Jesús, nos llenamos de su amor, y si estamos llenos de su amor, es lo que vamos a manifestar a los demás. Por eso cuando amamos, amamos con su amor; un amor insuperable, porque su amor es perfecto, es el único que puede salvarnos y llenarnos.