La Voz De DiosMuestra

Como ya hemos visto antes, la Fe que pusimos en acción al creer que Jesús murió por nosotros y que es capaz de darnos vida eterna y morar dentro de nuestro corazón. Dios está hablándonos para hacer, o desistir de algo, para decirnos las consecuencias que acarrean nuestras decisiones o para evitarnos caer en el pecado o en alguna situación que pueda llegar a lastimarnos, y es justamente el estar poco conscientes de esta realidad, lo que nos ha llevado en incontables ocasiones a errar en nuestras disposiciones, a fallar en nuestras acciones y en obtener consecuencias poco o nada deseables paras nuestra vida. 

En la Palabra de Dios, me llama la atención como en 8 capítulos de los proverbios, comienzan en su versículo 1, haciéndonos notar como en todo momento la voz de Dios está en nuestras vidas para evitar tomar malas decisiones, y que al prestar atención a Su voz, evitemos el pecado:           

• Pr. 2:1 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti,           


• Pr. 3:1 Hijo mío, no te olvides de mí ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;            


• Pr. 4:1 Oíd, hijos, la enseñanza de un Padre y estad atentos, para que conozcáis cordura.           


• Pr. 5:1 hijo mío, está atento a mi sabiduría, Y a mí inteligencia inclina tu oído,           


• Pr. 7:1 Hijo mío, guarda mis razones, Y atesora contigo mis mandamientos.           


• Pr. 8:1 ¿No clama la Sabiduría, y da voz la inteligencia?           


• Pr. 12:1 El que ama la instrucción, ama la sabiduría; Mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.           


• Pr. 13:1 El hijo sabio recibe el consejo del Padre; mas el burlador no escucha las reprensiones.

En cada uno de estos capítulos, en su primer versículo, existen palabras o frases que nos hacen pensar y relacionar completamente a la Voz de Dios. Él nos pide recibir sus palabras, guardar mandamientos dentro de ti, no olvidar, estad atentos, inclinar oído, atesorar, clamar, voz, recibir consejo. En el mundo, las personas viven según una consciencia moral y no una guía espiritual, no una voz directiva como lo es la de Dios, lo que aboga simplemente por un raciocinio terrenal otorgado por la experiencia de vida que puede pronosticar consecuencias de sus actos y los lleva a elecciones libres de que hacer o que no hacer.

En cada uno de estos capítulos, en su primer versículo, existen palabras o frases que nos hacen pensar y relacionar completamente a la Voz de Dios. Él nos pide recibir sus palabras, guardar mandamientos dentro de ti, no olvidar, estad atentos, inclinar oído, atesorar, clamar, voz, recibir consejo. En el mundo, las personas viven según una consciencia moral y no una guía espiritual, no una voz directiva como lo es la de Dios, lo que aboga simplemente por un raciocinio terrenal otorgado por la experiencia de vida que puede pronosticar consecuencias de sus actos y los lleva a elecciones libres de que hacer o que no hacer.

Loraine Boettner, en su libro “La Predestinación” habla acerca de la inhabilidad total del ser humano para poder buscar el Bien de Dios, o el escuchar Su voz y por consecuencia actúa según su moralidad.

La doctrina de la inhabilidad total, que declara que el hombre está muerto en pecado, no significa que todos los hombres sean igual de malos, ni que algún hombre sea tan malo como pudiera ser, ni que exista alguna persona destituida por completo de virtud, ni que la naturaleza humana sea mala en sí misma, ni que el espíritu del hombre esté inactivo, ni mucho menos que el cuerpo esté muerto. Lo que en realidad significa es que el hombre desde la caída se encuentra bajo la maldición del pecado, que es movido por principios pecaminosos, y que es incapaz de amar a Dios o de hacer algo que amerita la salvación. Su corrupción es extensiva pero no necesariamente intensiva. (p.55)

Otra de las formas más comunes para escuchar la voz de Dios, y que pocas veces comprendemos, aun cuando es muy habitual, es la voz de Dios a través de alguien. Gran parte de la personas que suelen congregarse, los hacen en determinado lugar por el gusto que se tiene por la alabanza, por la recepción que les dan, por la comodidad o confort del templo, por la cantidad de miembros, y por el tipo de mensajes y quienes los dan.

Estos mensajes son conocidos como prédicas, conferencias, estudios o sermones; cuando asisten a su lugar de reunión entre semana o más cotidianamente los domingos, saben que escuchan a quien habla a través de los oradores, es Dios, no la persona que está delante de la iglesia, pero, si esto es verdad, si realmente tenemos esa convicción, ¿Por qué preferimos a un orador que a otro? Déjeme plantearlo de la siguiente manera: en diversas congregaciones existen uno o más predicadores, ya sea que tengan a su cargo un pastorado, o un liderazgo; en algunas otras solo existe una sola persona quien da los estudios bíblicos; pero además de esto, quienes están al frente de la iglesia para compartir la Palabra de Dios, se enfocan en una diversidad tremenda de temas generales y específicos, es decir, siempre hay una variedad notoria que nos puede generar predilección por personas o temas en particular, acudimos a una congregación con al expectativa de quien nos dará el mensaje o de la rama teológica que más nos agrada, pero, ¿es esto correcto? ¿Es una actitud cristiana adecuada? Si coincidimos en que quien verdaderamente da el mensaje es el Espíritu Santo a través del orador, ¿Por qué tenemos predilección por alguna persona o tema en específico? ¿No se supone que quien habla, independientemente del tema o de la persona, es Dios?

Cuando nosotros cursábamos nuestra formación educativa en primaria, secundaria, preparatoria, e incluso en nuestra carrera profesional, habrían materias o actividades que no nos gustaban mucho, no nos agradaban, e incluso teníamos catedráticos que no nos hacían fácil o agradable el aprendizaje por diversas razones; pero, eso no significa que no tuvieran nada que enseñarnos, eso de ninguna manera se traduciría como tiempo perdido o inútil dentro de nuestra formación; ¿no es de la misma manera en Cristo? ¿No es cada conferencia, y cada orador alguien usado por el Padre para nuestra formación y crecimiento espiritual? Entonces, pregunto una vez más, ¿Por qué hay predilección por algún tema o persona?

Hermano en Cristo, la voz de Dios está en todo momento en nuestras reuniones congregacionales. Aunque es verdad, hay charlatanes, falsos profetas, falsos maestros o evangelistas, pero también es verdad que en la gran mayoría de lugares, se enseña la sana doctrina, se predica el evangelio verdadero y se tiene como real la Voz de Dios en los mensajes. Quisiera aconsejar que medite sobre estos últimos párrafos, sobre cuántas veces hemos caído en la predilección carnal o humana, antes de atender al Espíritu Santo quien habla a través de sus siervos. ¡Dese cuenta! La Voz de Dios está al alcance de su asistencia a la congregación de su preferencia, pero recuerde, no ponga su mirada en el hombre, sino abra sus oídos a la palabra viva del Señor.

Tenemos la gran bendición de ser capaces de escuchar la Voz de Dios, no hay nada en este universo que no se mueva, exista, viva, o realice una función, si no es por mandato de Dios, si no es por su Palabra, si no es por su Boca. Y aun siendo nosotros tan pequeños en comparación al tamaño del universo, tenemos el privilegio de poder salir al encuentro de la Voz del Creador y que se anide en nuestro corazón, alma, espíritu, mente y oídos, qué impresionante poder saber y estar conscientes de que ¡Dios mismo habla a cada uno de sus hijos con propósitos eternos de paz, de bien, de bendición! 

Es tiempo de que usted experimente el Poder de Dios al escuchar Su voz, es tiempo de que conozca la Voluntad de Jesús para su vida de boca del mismo Jesús, es tiempo hermano en Cristo de que así como reconocemos la voz de alguien a través del teléfono, o en una grabación, o a lo lejos cuando nos llaman por nuestro nombre, conozcamos y reconozcamos la voz de Cristo. Tenga por seguro que eso no solo transformará su vida y su paso por esta tierra, sino su espíritu por completo, será usted lleno del conocimiento de la perfecta voluntad del creador. ¿Cuándo es el tiempo? ¡Ahora!