BUSCA LA SABIDURÍA Y LA JUSTICIA TE LIBRARÁ

Desde el inicio del mundo, uno de los principales objetivos del enemigo ha sido destruirnos. Al haber sido hechos a la semejanza de Dios y saber el amor tan grande que Dios tiene por nosotros, el enemigo sabe que al dañarnos también lo está dañando a Él. Cuando Jesús murió en la cruz, venció al enemigo y nos dio la victoria para poder creerla y reclamarla. Eso no quiere decir que dejaremos de ser atacados por el enemigo, si no que ahora tenemos una salida que ha sido dada a cada persona que reconozca el sacrificio de Jesús y lo tome para su vida.

Como leímos en los versículos de hoy, los sabios aman la justicia y la justicia los librará en todo momento. Al ser justificados por medio de la cruz, ahora somos justos delante de Dios y podemos disfrutar de la vida eterna, pero también somos llamados a buscar la justicia haciendo lo que a Dios le agrada y siguiendo sus mandamientos.

Muchas veces en nuestra vida cristiana podemos enfrentarnos a que el enemigo use a otras personas para tratar de desacreditar nuestro ejemplo. A través de nuestras acciones podemos ser de ejemplo para otros. Si nuestro buen ejemplo no tuviera la capacidad de predicar el evangelio de Dios, ¿por qué entonces el enemigo se empeña tanto en usar a otros para tratar de desacreditarnos? Si nosotros buscamos siempre la obediencia y hacer lo correcto delante de Dios, Él nos defenderá delante de los acusadores. Si como necios no andamos en los caminos correctos o titubeamos entre el camino correcto y el incorrecto, no podremos ser justificados cuando el ataque venga. El que es verdaderamente sabio busca la justicia, porque sabe que haciendo la voluntad del Señor, será justificado no solo delante de Dios, si no también delante de los hombres. Qué increíble es saber que tenemos un Dios que está listo para pelear por nosotros en cualquier momento.