El corazón correctoMuestra

Un corazón justo

Volvamos nuestra atención a la contraparte de María en la historia del nacimiento de Jesús, José, y veamos cómo se preparó para la venida del Rey. El evangelio de Mateo comparte la mayor parte de lo que sabemos de José en ocho versos.

El escritor Walter Wangerin dice de José: «que es hombre común, atrapado en asuntos cósmicos». Aunque es un hombre común que nunca pronuncia una palabra grabada en las Escrituras, nos queda la marca indeleble de un hombre de carácter, mostrado en sus acciones. Esto lo sabemos por varias cosas reveladas en las Escrituras.

Primero, el nombre de José, en hebreo significa "Dios aumentará". Qué nombre tan maravilloso para el hombre que criará a Emmanuel: Dios con nosotros. Sabemos que José, era un hombre justo con un corazón honrado. De hecho, la única palabra descriptiva que se usa de José es la palabra justo. La palabra griega para justo significa: el carácter o la cualidad de estar en lo correcto. En otras palabras, José fue un hombre que simplemente hizo lo correcto.

Vemos que esta increíble cualidad de hacer el bien sale a la superficie con respecto a María, su prometida. Cuando José descubre, tres meses después de su compromiso matrimonial, que María está embarazada, tiene una decisión difícil que tomar. Según Deuteronomio, María ha infringido la ley y José tiene derecho a divorciarse, humillarla públicamente o matarla por lapidación. Sin embargo, antes de escuchar del ángel, José ya había tomado la decisión de preocuparse más por María que por sí mismo y decide no acusarla del delito de manera pública o privada, aunque tenía el derecho de hacerlo. Evidentemente, los derechos de uno no definen su justicia.

¿Qué es entonces la justicia? Es la obediencia que debemos a Dios y la misericordia que Él nos concede dar a los demás. Primero mira a Dios, luego a otros, y nunca a sí mismo... sin embargo, el yo experimenta una paz santa en estas relaciones en las que elige mostrar la misericordia de Dios.

Lo que vemos en José, también lo observamos en Cristo. Él tenía todo el derecho, como el Hijo de Dios, de no ir a la cruz por nuestros pecados, sin embargo, fue obediente al Señor y misericordioso con nosotros. Estas son las verdaderas marcas de la justicia. Lo primero que hizo José, en preparación para la llegada de Cristo fue permanecer justo, simplemente hacer lo correcto. Eso es algo para pensar profundamente en esta Navidad.

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