El gozo es una personaMuestra

La vida es dura

El año 2020 nos enseñó muchas cosas que nunca hubiésemos querido aprender. 

La mayoría de nosotros pasamos por decepciones y perdimos personas que conocíamos y amabamos. Todos pasamos por el miedo de un virus desconocido y sus efectos devastadores. Quedarse en casa 24/7 durante la cuarentena a menudo se sintió como una prisión y la gente luchó contra este tiempo, incluso más de lo usual. Conozco algunos que se divorciaron, algunos recayeron en adicciones y muchos batallaron con la depresión. 

Si bien el año 2020 fue muy difícil, no importa el año, la vida, en general, es muy difícil. ¿Estás de acuerdo? 

Para escaparnos de todo eso, a menudo aceptamos atractivas ofertas de descanso, relajación y libertad de las presiones, esperando encontrar una medida de felicidad. ¡Solo quiero irme lejos de aquí! La realidad es que las dificultades de la vida continúan incluso luego de que estos momentos de placer se disipan. Hay más trabajo que hacer, más facturas que pagar, más argumentos que resolver, más personas difíciles de tratar. Eso es porque nuestra felicidad siempre depende de los acontecimientos: cuando las cosas no ocurren de la manera correcta, a nuestra manera, no somos felices.

¿Habrá alguna mejor manera de vivir que perseguir una felicidad fugaz? ¿Hay algo duradero que no depende de otras personas o de nuestro entorno? Yo creo que sí. Fue cierto para Pablo. En su carta a los filipenses, el gozo se ve como una presencia intangible que permanecía con él, inclusive en la prisión. Pablo incluso usó las palabras "gozo" o "regocijo" dieciocho veces en esta carta a sus amigos.

Como Pablo, nuestras luchas y dificultades son muy reales, y parecen venir una tras otra. Pero quizás, como Pablo dijo, podemos descubrir el gozo. No en un lugar relajante o en una vida cómoda, sino a medida que superamos nuestras dificultades y decepciones.

Para el tiempo en que Pablo escribió esta carta, él había pasado por tantas pruebas y luchas que volver a estar encerrado en prisión casi se había convertido en su nueva normalidad. No estoy sugiriendo que lo disfrutara. Solo estoy diciendo que sus palabras nos dicen que él experimentó gozo en ese lugar, a pesar de sus luchas. Los músculos de su fe estaban fuertes y no estaba viviendo de acuerdo a sus sentimientos. Él aprendió a apoyarse en la dificultad, a levantarse y vivir por encima de ella. ¡Él había descubierto que el gozo no tenía nada que ver con un lugar o con un evento, sino que el gozo es una Persona! Pablo estaba confiado en el poder del Cristo resucitado que se encontraba con él en cada situación. Mi esperanza es que a través del estudio de las palabras de Pablo y de otros, podamos aprender lo mismo.

Padre, sé que no tengo mucho de que quejarme, pero aquí estoy. La vida es realmente dura y tengo que admitir que en ocasiones realmente no disfruto dónde estoy y lo que estoy pasando. Soy un poco un desastre, pero sé que me conoces y que amas igualmente. ¿Podrías encontrarme aquí, justo donde estoy?