Grandes Héroes De La Fe - JacobMuestra

Jacob y Esaú se reencuentran 

“Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los dos (Jacob y Esaú) se pusieron a llorar.” (Gen.33:4).

Ya habíamos visto que Jacob huyó de Esaú porque lo había engañado en un par de oportunidades; pero ahora veinte años después en obediencia a Dios, Jacob regresa a casa y de paso al reencuentro con su hermano Esaú (Gen. 33:1-20).

Hoy quisiera resaltar por lo menos tres principios importantes de este reencuentro entre hermanos:

1. Dios redime todo: 

El tierno abrazo que le da Esaú a su hermano Jacob, apenas lo ve regresar a casa, es un testimonio maravilloso de la capacidad de Dios para redimir incluso las situaciones más complicadas de nuestra vida. Así pienses o creas que el perdón o la restauración son imposibles, Dios puede ablandar los corazones más duros y obrar la reconciliación entre familiares y amigos. Aunque la reconciliación nunca es instantánea, al igual que con Jacob y Esaú, bajo la guía soberana y misericordiosa de Dios, el perdón y la reconciliación siempre son posibles (Col. 3:13).

2.  Dios obra contra todo mal pronóstico:

Al elegir establecer el plan redentor a través del timador Jacob, Dios se mueve en contra de las expectativas de este mundo. Esta es una tendencia constante en las escrituras. En la lógica humana Jacob es un héroe poco probable, pero también lo son, el asesino Moisés, el adúltero David, la prostituta Rahab, el ambivalente Pedro y el fanático Pablo. Pero no es así en la lógica de Dios. Él elige lo que es débil a los ojos del mundo para dar testimonio de la inmensa grandeza del poder transformador de Su amor (1 Cor.1:27-28).

3. La bendición no está desprovista de lucha:

La vida de la bendición en Dios no implica una existencia fácil y sin problemas, esto no es lo que vemos con Jacob, ni con cualquier héroe de la fe. La vida de Jacob rara vez estaba libre de luchas o dificultades. Lo cual indica que las bendiciones de Dios no necesariamente nos alejan de las dificultades de la vida. De hecho, a veces las bendiciones de Dios pueden llamarnos o llevarnos a situaciones de dificultad o de lucha, lo que siempre marcará la diferencia será la promesa de la presencia y el favor de Dios en cada situación. Como Jacob descubrió en Betel, somos llamados a descubrir que “El Señor está en este lugar”, es decir en cada una de nuestras luchas y batallas ( Génesis 30:17 ). 

A pesar de la rivalidad, el favoritismo, el engaño, la ira y la discordia, el relato de Jacob y Esaú da testimonio de un Dios que trabaja continuamente en la vida humana. Nuestro Padre Celestial está presente en la vida de estas personas, lo mismo que en la nuestra. Él obra redención, perdón y, en última instancia, salvación.