Liderando en Tiempo De CrisisMuestra

DÍA 2: Actuando durante la crisis

Decir que todos en algún momento de nuestras vidas atravesaremos momentos difíciles, es tan real como decir que ninguno deseamos estar en esos momentos por lo desafiantes que se vuelven. Pero como es un hecho infranqueable de la vida, entonces que haremos, dejaremos que la crisis nos detenga y hasta nos destruya, o nos levantaremos con toda nuestra fe para sacar lo mejor de nosotros y de la situación.

Siempre la mejor elección será tomar acción, porque sin importar el resultado, cuando nos movemos hacia adelante en medio de los problemas, encontramos maneras de aprender, crecer y ser más fuertes. 

Si bien tenemos la tendencia natural de paralizarnos, debemos hacer uso del poder y dominio propio que el mismo Dios depositó en nosotros (2 Timoteo 1:7), para movernos y tomar decisiones sabias que nos ayuden a crecer. 

Si eres líder de alguna organización ya sabrás que si te paralizas en los momentos complicados, afectara a todas las personas que dependan de ti. Pero aunque no estés liderando un grupo de personas, tienes a cargo una gran institución, tu mismo. Y todo lo que hagas o dejes de hacer en las crisis, repercutirá muchas veces en el grado de avance en tus años futuros.

Entonces lo que debes hacer cuando la crisis toca tu puerta es:  

• No desesperes, toma perspectiva: aunque sientas el desespero, no sucumbas ante él, porque los momentos difíciles requieren de decisiones templadas, no de decisiones desesperadas. Clama a Dios y deja que su paz te inunde. Muchas veces una acción desesperada puede empeorar la situación y no es eso lo que necesitas en este momento. Toma aliento y tal como Dios lo hace, mira la situación desde un punto más elevado y verás con claridad tus mejores opciones.  


• Evalúa tus opciones: toma tiempo para pensar en tus posibilidades, ¿qué sucedería si te rindes,  que pasará con tu familia, tus empleados, tus amigos, a quienes afectarán tus decisiones? Seguramente te darás cuenta en este punto que cualquier decisión de hacer o no hacer, afectará a alguien más. ¿Qué hubiese sucedido si Moisés se rendía ante la misión de sacar al pueblo para llevarlo a la tierra prometida? ¿Y si Jesús se hubiese amedrentado ante la obra de redención que debía realizar? Todos fuimos salvos gracias a la correcta decisión de cumplir con su llamado.  


• Lidera tus pensamientos: este punto puede ser tan crucial como difícil, porque tu mente es el taller donde se construyen las acciones, pensar correctamente sobre los hechos te llevará a hacer correctamente todas las cosas. Por ello no dejes al azar lo que piensas, tú tienes el derecho y el deber de gobernar tu mente, tú eres quien decide que pensamientos se arraigan y cuáles expulsas de tu ser. Recuerda que también allí se encuentran, la fe, la esperanza y el amor, si tu mente se llena de lo contrario, no tendrás la fuerza para que los pensamientos nobles florezcan y te lleven por las acciones correctas. La Biblia nos enseña a elegir lo que pensamos (Filipenses 4:8) y hasta Jesús debió liderar sus pensamientos después de su ayuno cuando fue tentado por el Diablo a desobedecer al Padre.  


• Convéncete que la crisis pasará: es un hecho que ninguna crisis dura para siempre, entonces aprovecha ese tiempo para hacer algunos ajustes y mejoras. Pregúntate: Que debería aprender? ¿Qué oportunidad podría aprovechar? ¿Cómo quiero verme después de la crisis? Por más tediosos y feos que parezcan los tiempos difíciles siempre traen consigo un cúmulo de aprendizaje y de oportunidades.

La actitud es todo a la hora de enfrentar dificultades y comienza en nuestra mente. Es en estos momentos donde necesitamos hacer relucir nuestros valores, cuando le decimos al mundo cuál es nuestra fe por las cosas que hacemos, no solo por lo que decimos. ¡Es tiempo de renovar nuestra mente!

Alimentar correctamente nuestra mente y llenarla de la palabra de Dios nos llevará a creer con fuerza que cualquier realidad puede cambiar y obrar para bien en nuestras vidas (Romanos 8:28).

Te espero mañana para el último día del plan y compartir como aprender de estos tiempos.

¡Gran día!