15 Días De Revelacion Para VivirMuestra

QUÉDATE

“y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo” (Gen. 18:3).

La gracia de Dios es el favor de Dios. Hallar gracia de Dios es lo mejor que puede sucederle al hombre y Abraham la halló. ¿Qué hubiéramos hecho en su lugar?

«Si he hallado gracia, dame un hijo» -que tanto anhelaba el patriarca.

«Si he hallado gracia, bendíceme» -después de todo dependemos de Él.

«Si he hallado gracia, dame más vida» -todos buscan la fuente de la juventud.

Abraham podía haber pedido riquezas o lo que viniera a su mente, pero su oración fue que si había hallado gracia Dios no pasara de él; esto es, que se quedara con él. Esa es una gran oración, es la mejor idea que tuvo el patriarca en toda su larga vida. Es mucho mejor tener su Presencia que las puertas abiertas, pues si Él está, no queremos ir a otro lugar. El anciano hombre de fe no quería una visitación de Dios, sino una habitación a su lado. Y esto, no con el propósito de que Dios lo bendijera, sino para satisfacer al Señor. ¿Has leído lo que hizo Abraham cuando Dios se quedó con él esa tarde? ¡Se dedicó a servirle!; le dio de comer, agua para sus pies, pan recién hecho, mató un cabrito y lo preparó en su honor, y de paso, le sacó el perdón para su sobrino Lot, además de la promesa de un hijo para el siguiente año. ¡Aleluya!

Porque no necesitas la gracia más de lo que lo necesitas a Él.

¿Sabías que esa es la promesa en el Nuevo Pacto? Dios desea vivir contigo y estar en ti. Conviértete en un gran anfitrión de su Presencia, satisface sus deseos, retenlo. «Sus deseos son órdenes» -decía un cartel publicitario. Nada más real tratándose del Señor.