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Obedecer la Palabra de Dios

El Salmo 119 es una apasionada canción de amor de alabanza en las Escrituras. También es una bella obra literaria. Las primeras ocho líneas comienzan con la primera letra del alfabeto hebreo, las siguientes ocho líneas comienzan con la segunda letra y así sucesivamente a lo largo del salmo. Las 22 estrofas nos llevan a través de todo el alfabeto hebreo, ocho líneas a la vez. Además, el Salmo 119 es el capítulo más largo de la Biblia. Este es un salmo llamativo.

El Salmo 119 comienza con un llamado a obedecer la Palabra de Dios. Dios nos bendecirá, dice la Biblia, no si tenemos la Palabra de Dios, si leemos su Palabra o si la estudiamos. No, Dios nos bendecirá si obedecemos la Palabra de Dios, si caminamos de acuerdo con ella. «¡Bienaventurados aquellos cuyo camino es inculpado, que caminan en la ley del Señor!». La obediencia es un tema importante del Salmo 119. Solo unos cuantos ejemplos: «Has mandado que se guarden diligentemente tus preceptos». «¡Oh que mis caminos sean firmes en guardar tus estatutos!». «¡Voy a mantener sus estatutos; no me desampares del todo!».

Si quieres la bendición, el favor y la protección de Dios en tu vida, no hay otra manera más que obedecer la Palabra de Dios. Obedece las Escrituras, te guste o no. Obedece si estás o no de acuerdo con el mandamiento. Obedece inmediata y completamente. Obedece pase lo que pase. Obedece porque Dios es Dios y tú no. La comprensión puede esperar, pero la obediencia no. Leer un pasaje y no obedecer es desafiar a Dios. Esto incluye órdenes sobre mentir, chismes, caridad, divorcio, pureza sexual, gratitud, amar a su esposa y respetar a su marido.

El escritor Flannery O'Connor observó: «La verdad no cambia de acuerdo con nuestra capacidad de soportarla». ¡Obedece! Obedece la Santa Palabra de Dios y Dios te bendecirá.