Dios en El Tiempo De Los ReyesMuestra

Nada substituye la obediencia

Saúl desobedeció la orden de Dios de matar a todos los animales, alegando que podía utilizar los animales para el sacrificio. La respuesta de Dios, declarada a través del profeta Samuel, fue inequívoca. Dios quiere obediencia, no sacrificios. Dios quiere obediencia, no ceremonias religiosas. Nunca escojas el ritual religioso por encima de la obediencia.

Todavía necesitamos este mensaje. ¿Cuántas personas asisten a la iglesia, pensando que han cumplido con su deber religioso, y sin embargo sus vidas están llenas de pensamientos egocéntricos y desobediencia a los santos mandatos de Dios?

¿Cuántos cristianos se presentan en la iglesia, dedican su tiempo, escuchan la Palabra de Dios y piensan que se han ganado el favor de Dios? Pero nuestro Dios todopoderoso y soberano espera que practiquemos la Palabra de Dios, no sólo que la escuchemos. El Señor Dios Todopoderoso espera obediencia, no una mera ceremonia o ritual. Dios espera que vengamos, escuchemos su Palabra, y luego la obedezcamos. Esta lección para Saúl es una lección para nosotros: no hay sustituto para la obediencia. Obediencia sin reservas, de todo corazón, inmediata. 

En su libro Cristianismo básico, John Stott dijo: «La grandeza en el reino de Dios se mide en términos de obediencia». O, como dijo Oswald Chambers: «La mejor medida de una vida espiritual no es su éxtasis, sino su obediencia». En el reino de Dios, simplemente no hay sustituto para la obediencia. Dios quiere que le obedezcamos, sin importar lo que nos cueste. Y en esa obediencia encontraremos nuestra alegría.