Aprendiendo a dominar la lenguaMuestra

El carácter contradictorio de la lengua

Santiago expresa que uno de los recursos que usamos más contradictoriamente es la lengua. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. "De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce" Santiago 3:10-12 (RV60).

La lengua puede ser usada para el llamado supremo (con ella bendecimos al Dios y Padre) y puede ser utilizada para la maldad más baja (con ella maldecimos a los hombres). Pero no debiera de una misma boca proceder bendición y maldición.

Nuestro hablar debe de estar consistentemente glorificando a Dios. No debiéramos de usar un tipo de vocabulario o tono que sea contrario a lo que la palabra de Dios prescribe. Como una fuente de agua, nuestra boca no debiera echar por una misma abertura agua dulce y amarga. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

Este es un llamado a la congruencia en el hablar. A ser consistente con lo que Dios espera de sus hijos, que es usar la boca la bendición y edificación, y no para maldecir, engañar o chismosear. 

Mantener, pues, nuestro lenguaje bajo estricto control es una disciplina que los creyentes deben esforzarse por desarrollar.