Pandemia Global Y Una Fe Sólida (Parte 3): Un Control De Seguridad De 5 DíasMuestra

Hace unos 300 años, dos jóvenes luteranos alemanes llevaron las buenas nuevas al sur de la India. Mi antepasado, un abanicador de la corte del rey y sacerdote de un templo hindú, abrazó el Evangelio. Y esa fe continuó a través de las generaciones. 

A menudo cantábamos en casa y en la iglesia el himno de Martín Lutero basado en el Salmo 46, "Castillo Fuerte es Nuestro Dios".  El salmo y el himno se convirtieron en nuestra canción en silencio como minoría en una cultura mayoritaria que veía a los cristianos como seguidores de una fe extranjera.

Los creyentes eran considerados traidores a la patria. Se les atribuían gratuitamente falsos motivos para seguir a Jesús en aras del beneficio terrenal, ya que muchos nuevos cristianos carecían de recursos económicos. La supervivencia y la seguridad se veían amenazadas por las catástrofes de la sequía, las inundaciones y las matanzas genocidas de los vecinos. En definitiva, los cristianos siempre han vivido en tiempos inciertos e inseguros. Y el único consuelo ha sido su Dios, en quien confían por la victoria de Su Hijo sobre la muerte mediante Su resurrección y Su actual intercesión a la diestra del Padre.

Después de estudiar el Salmo 46, quisiera que aprendiera del himno de Lutero. Busque la letra de la canción. ¿Cuál piensas que es la "pequeña palabra" en la última línea de la segunda estrofa? 

Una declaración épica del apóstol Pablo subraya la solidez de nuestra fe cristiana ante los desastres naturales. También fundamenta la seguridad que el creyente encuentra en el amor indestructible de Dios. Observa cómo repite Pablo:

“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes,  ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Ro 8:38-39, NVI).