Vive Con PropositoMuestra

“CREER”

Una vez que conoces tu propósito, es decir que ya sabes lo que debes hacer y te levantas con ese fin, necesitas de la gran fuerza invisible, de eso que existe en los seres humanos en diferentes cantidades y lo cual marca la diferencia entre las personas exitosas y de las que no lo son. Este componente es el combustible que pone en acción el motor de los logros inimaginables. 

Estoy hablando de tu Fe. Porque sabes, tú puedes ser una persona llena de dones, llena de propósito y llena de oportunidades, pero si no puedes creer en ti y en lo que Dios espera de ti, nada lograrás. 

Cualquier persona será capaz de cumplir su propósito y alcanzar sus sueños a pesar de que otros no crean en ella. Pero créeme, ninguna persona podrá lograr algo bueno si ella no cree en ella misma primero. Es un requisito necesario que entiendas que debes creer en Dios como el dador de tus dones y talentos. Pero no basta, para llevarlo a la acción, debes tener Fe en que la capacidad ya está en ti y que puedes hacerlo. De otro modo, estarías negando la soberanía y el tiempo que el todopoderoso se tomó para poner toda esa grandeza en ti.

Es un hecho conocido que personas menos preparadas pueden llegar mucho más alto en la vida que aquellas muy preparadas pero que por miedo, sentimiento contrario a la Fe, nunca dan el paso hacia adelante. Las personas que tienen Fe son arrasadoras, son seguras y están siempre empujando los límites de lo que para muchos parece imposible.

Si te consideras una persona de Fe, te invito a que analices que tanto crees en ti, crees en Dios pero eres incrédulo de ti, ¿has caído en esta contradicción? 

El enemigo número uno de las personas y en especial de los líderes, es la creencia de que el propósito que deben cumplir, es demasiado grande, demasiado loco o demasiado difícil como para hacerlo realidad. Esto no es cierto para las personas que verdaderamente son impulsadas por la fuerza infinita de la Fe, porque sus obras realmente denotan el nivel ella.

Procura alimentar tu creencia de que Dios ha depositado lo necesario en ti. Habla contigo cada día hasta convencerte que tú puedes y lo mereces!