El Evangelio vs La ReligiosidadMuestra

Otro aspecto que nos enseña el Espíritu Santo de Dios es que la religión lleva a condenar a aquel que ha caído, al que está en un proceso o prueba, solo se orienta en hacerle ver su pecado en vez de ofrecerle la opción de salir de él, la religión ataca y devora.

He aprendido con el paso del tiempo y mi caminar con Dios  que nosotros no somos jueces de nadie, que es el mismo Espíritu Santo quien convence de pecado al no creyente y de justicia a quien cree. Antes de mirar la paja en el ojo de mi hermano debo ver la viga qué hay en el mío. 

Debemos aprender que si alguien está en pecado, atribulado, en pruebas, nuestro trabajo es orar, es levantarle los brazos cuando él mismo no puede hacerlo. Si Dios nos revela algo, tenemos que estar en intimidad con él y orar para que esa persona cambie, para que todo velo sea quitado de sus ojos, para que tenga firmeza de levantarse y seguir hacia adelante. Nosotros estamos llamados a presentarle con amor la verdad que está en la Palabra, le debemos dar palabras de ánimo y aliento en sus momentos más duros.

¡Esto hace un verdadero hijo de Dios que ha sido levantado cada vez que ha caído, un hijo que ha sido perdonado!