Recuperándose de una decepciónMuestra

Si lo piensan, el Llanero Solitario es un héroe mal llamado. Es valiente, moralmente puro y fuerte, pero nunca lucha sus batallas solo. Tonto siempre está allí como un socio leal y compañero. Pensándolo un poco más; qué triste sería si el Llanero Solitario realmente trabajara solo. ¡El vaquero más famoso del mundo no hubiese logrado pasar de la primera película! De hecho, todo gran héroe de cine tiene un compañero o compañera; Batman tiene a Robin, Sherlock Holmes tiene a Watson, y ni hablar de Kirk y Spock.

La Biblia también tiene algunos dúos famosos. Moisés confiaba en Aarón, el mejor amigo de David era Jonatán, y Rut era la mejor nuera que Naomi hubiera podido tener.

Sin embargo, las cosas se complican un poco cuando llegamos a Jesús.

Jesús nunca tuvo un compañero. Tuvo doce discípulos, tres de los cuales favoreció, pero ninguno de ellos cabía como compañero en el mismo sentido que los otros nombrados arriba. Era su líder —le llamaban Maestro y Señor, pero nunca hermano.

Entonces, ¿eso hace a Jesús un llanero solitario? En absoluto.

Él permaneció estrechamente conectado con el Padre, que lo vio a través de la agonía de Getsemaní y la pasión de la cruz. Él confió en el Espíritu Santo a través de las tentaciones de Satanás en el desierto.

Entonces, ¿qué podemos aprender de todo esto?

No seas un llanero solitario. Que la eterna compañía del Padre, Hijo y Espíritu te dé aliento y fuerza para triunfar sobre tus mayores temores. Cuando el desaliento venga, entrega tus preocupaciones a Aquel que estuvo con Jesús en Sus tiempos más oscuros.