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Más Allá De Tu Ventana 

«No te quedes callado, ya no te escondas más, más allá de tu ventana hay un mundo que alcanzar» — Más Allá De Tu Ventana, Young & Free 

»Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.» — Mateo 5:13-16 (NTV)  

Las buenas noticias sobre la libertad que tenemos en Jesús es un mensaje que el mundo necesita escuchar. Hay una vida eterna que espera ser encontrada en el amor y el perdón de Dios, ¿pero cómo sabrá el mundo si, nosotros que hemos encontrado este precioso tesoro, no compartimos las buenas noticias? 

“Somos la sal y la luz del mundo” es una frase que se suele usar con facilidad entre cristianos, pero cuando realmente entendemos lo que Jesús dijo en Mateo 5:13-16, nos damos cuenta de que ahora somos embajadores de Dios a una mundo que está perdido en la oscuridad y, por muy hermoso que sea reunirnos en la iglesia, somos llamados a caminar en las calles y traer a personas de la oscuridad a la luz, iluminando el mundo, corazón a corazón.  

En Mateo 28:18, Jesús está hablando con sus discípulos y les indica que tienen que ir al mundo, hacer discípulos, bautizarlos y enseñarles cómo vivir según lo que Jesús había enseñado y ejemplificado. Como seguidores de Jesús, tenemos esta Gran Comisión para alcanzar e influenciar el mundo alrededor nuestro, compartiendo con otros las buenas noticias del evangelio de la redención de Jesucristo del pecado y la reconciliación con nuestro Padre Celestial. Nuestras vidas ahora son un testimonio y ejemplo para los demás de la bondad de Dios, ¡así que vivamos nuestras vidas con gozo y pasión, regocijándonos en la esperanza que tenemos en Jesús! 

Reflexión: 

1. ¿Qué significa ser “sal” y “luz” en mi propio mundo? 

2. ¿A quién puedo comenzar a hablar sobre la bondad de Dios y la esperanza encontrada en Jesús? 

3. ¿Cómo puedo mostrar la luz de Jesús a aquellos que veo cada día de mi vida? 

Acción: 

Escribe un par de cosas que puedas hacer para compartir el amor y el gozo del evangelio con tus amigos, vecinos, familia, compañeros de trabajo o incluso desconocidos esta semana. Quizá puedes comenzar un diario sobre la Gran Comisión y pedir a Dios que te muestre maneras en las que puedes ser la luz del mundo detrás de tu ventana.