El Espíritu De La Navidad Muestra

Sacrificio

Cuando pensamos en todo lo que Jesús enfrentó en la cruz vemos su nivel de entrega y sacrificio. Lo que sufrió, no solamente desde lo físico sino también en lo emocional, fue muy intenso. 

El mismo había enseñado y anticipado su sacrificio en la cruz. El costo de nuestra salvación fue su vida. El costo de ese sacrificio fue muy alto.

Lo que a veces perdemos de vista es que el sacrificio de Jesús inició mucho antes que en la cruz del calvario. Si prestamos atención al texto que corresponde a este día, vemos que Jesús tuvo que sacrificar su lugar, su posición, el trono, para encarnarse en ese pequeño bebe en el pesebre. Fue un sacrificio que inició en esa decisión de Dios de enviar a su Hijo y que tiene su punto climax en la crucifixión.

Ese sacrificio le valió la gran victoria que obtuvo. Dios lo exaltó. Le dio un nombre sobe todo nombre. Es Rey de reyes y Señor de señores. Un gran sacrificio que llevó a una gran victoria.

En nosotros sucede que muchas veces queremos grandes resultados pero sin sacrificar nada de lo que tenemos, poseemos o somos. Y por ello a veces nos quedamos con manos vacías.

Que este ejemplo de Jesús nos anime también a tomar riesgos cuando entendemos que hay tareas por hacer para Él.

Aunque cueste y cueste demasiado, si Dios te embarcó en ese plan, verás una gran victoria. La historia de Jesús es testimonio y garantía de ello.

Dios te bendiga.