El proceso de hacer discípulos Muestra

Respuesta afirmativa

Los discípulos que saben que han sido elegidos por Dios con un propósito deben expresar el deseo de ser discipulados o entrenados, y mostrar un espíritu enseñable. 

En tiempos bíblicos, cuando un maestro extendía una invitación para seguirlo, no significaba: «Ven a verme una vez a la semana durante un par de horas». Ser discipulado significaba que un joven se invertiría en aprender todo lo que había que aprender acerca de las creencias de su maestro. Eventualmente, el estudiante sería exactamente como su maestro.

Muchos maestros imponían cargas pesadas sobre sus discípulos, tal como lo hace la religión. Esta hace que la gente camine con una conciencia culpable todo el tiempo, una sensación de no ser o hacer lo suficiente. Pero Jesús no hizo eso con sus discípulos.

La invitación de Jesús, según Mateo 11:28-29, fue así: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma». Jesús es un Maestro diferente. Su yugo da descanso, pero uno tiene que tomar ese yugo, pues él nunca lo impondrá.

Jesús dijo que no puede hacer nada más que lo que ve a su Padre hacer. Si Jesús depende tanto de su Padre, entonces tú y yo debemos hacer lo mismo. Un espíritu orgulloso no puede aprender nada pues «ya lo sabe todo». Jesús escucha y ve lo que el Padre quiere hacer, luego actúa conforme a lo que se le mostró. A Pedro le costó aprender esta práctica o disciplina de Jesús. El espíritu de Pedro, el de Pablo y el nuestro tienen que ser humillados para venir a operar desde el mismo lugar donde nuestro Maestro llevaba a cabo los negocios de su Padre, en perfecta unidad con él.

Así como un soldado toma la decisión de levantarse cada día para entrenar, un discípulo de Jesús tiene que levantarse cada día dispuesto a tomar el yugo de Jesús y caminar con él. Un discípulo debe ser capaz de aprender de todas las experiencias porque el Maestro usa todo para nuestro bien, para hacernos más como él. Un discípulo también necesita confiar en el Maestro, incluso cuando este está callado.

Un discípulo competente de Jesús entiende que ha sido elegido y elige vivir en perfecta unidad con el Padre, tal como lo hizo Jesús cuando estuvo aquí en la tierra. 

¿Estás listo para tomar el yugo de tu Maestro?