Tres Encuentros Con JesúsMuestra

A la distancia

Es una noche cargada de emociones para este hombre oculto entre la gente. Pasó de orar con su maestro, tener su identidad revelada, cortarle la oreja a un soldado, a estar sentado viendo como su amigo, su mentor, su guía, es llevado como prisionero a una muerte segura. Hay tantas preguntas en su mente: ¿Por qué no se salva? Yo sé que es el Hijo de Dios, ¿Qué sucede? De pronto, en medio de sus pensamientos lo invade el temor al oír la frase: "Él es uno de ellos" sin pensar siente tanto miedo de morir, que en menos de lo que canta un gallo ya lo ha negado tres veces. Sí, ha negado a su amigo tres veces.

Uno de los pasos que Pedro dio antes de negar a su Señor, fue ese. La Biblia nos dice que después que Jesús fue arrestado, "Mientras tanto, Pedro lo siguió desde lejos y llegó al patio del sumo sacerdote. Entró, se sentó con los guardias y esperó para ver cómo acabaría todo." (Mateo 26:58 NTV).

¿Cuántas veces no hemos sido así? viviendo en dos mundos, siguiendo a Jesús desde la distancia como Pedro, sin querer comprometernos, horrorizados al oír que parecemos cristianos, la distancia con el Señor fue lo que determinó su caída.

El problema no radica en apartarte o en tu falta de compromiso, el asunto está en dejarle el campo libre al enemigo. Cuando Pedro lo negó sintió arrepentimiento, él fue uno de los discípulos ¿Cuántas experiencias inolvidables tuvo con su maestro?, ¿Cómo pudo negarlo? Ahora te pregunto: ¿Cómo puedes negar a Jesús después de todo lo que ha hecho por ti?

Recuerdo mi tiempo apartada, me daba vergüenza volver a su casa, darle la cara, yo misma me alejaba más y más. Lo veía de lejos añorando sus abrazos, pero me ganaba el pensamiento. Un día me cansé de correr, de esconderme, y fui a su encuentro, corrí a sus brazos ¿y saben qué recibí? Amor y perdón, mayor al de la primera vez. Cuando Pedro volvió a ver a Jesús tal vez esperaba un reclamo pero Jesús solo le preguntaba: ¿Pedro, tú me amas? Esto duele más que cualquier regaño, porque sabemos que hemos fallado, y que desperdiciamos el sacrificio de la Cruz al negarle con nuestros actos.

"Solo aquellos que se apartaron conocen el valor de su restitución" Kissenger Camargo