Más Cerca De ÉlMuestra

Acceso con confianza

Los que hemos recibido a Jesús como nuestro Salvador, podemos acercarnos a Dios. Lo hacemos porque no está depende de quienes somos sino de quién es Cristo en nosotros, “en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él;” Efesios 3:12 RVR1960 

Sin embargo, ¿Cuánto interés tenemos en acercarnos a Dios? ¿Estamos lo suficientemente atraídos a Él que hacemos todo cuanto tengamos en nuestro alcance para acercarnos? Cuando el Señor dice que nos acerquemos a Él y que Él se acercará a nosotros, es porque tenemos que dar pasos en esa dirección. 

Veamos, por ejemplo, la escena del paralítico narrada en el evangelio de Marcos. “Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.” Marcos 2:3-4 RVR1960 

Jesús está presente, pero tanto el paralítico como sus cuatro amigos intentan llegar a Él y no pueden. Lo interesante es que no se rinden, ni asumen una actitud negativa, tampoco le dan la espalda y se van. Ellos quieren llegar a Jesús. De modo que hacen todo lo que está al alcance de ellos y aún más, atreviéndose a romper el techo que no era de ellos pusieron al paralítico delante de quien sabían que le podía sanar. Esa fue su fe y Dios la recompensó.

Cuántas cosas intentan diariamente interponerse entre nosotros y Dios, para que no nos acerquemos a Él. Las agendas cargadas, el trabajo, los estudios, la pereza, la rutina, y tantas otras cosas que se van moviendo con presteza al primer lugar en nuestras vidas mientras desplazan el loable empeño de acercarnos al Señor. Cuánto debemos esforzarnos para sobrepasar esos obstáculos y llegar confiados ante su presencia. Es lo que Dios quiere y es lo que Jesús nos concedió por su gracia y su misericordia al morir por nosotros en una cruz.

Señor, cuán agradecidos estamos de que uno de los grandes beneficios de la cruz sea el que podamos llegar al Padre con entera confianza. Tú lo conseguiste para nosotros y por eso te expresamos nuestro genuino agradecimiento. Gracias nuevamente, amadísimo Salvador.